La segunda jornada de vaquillas resultó algo descafeinada. La carencia de público en el inicio de la semana deslució en parte una mañana con las vaquillas de la ganadería La Bomba de Villafranca (Navarra) como protagonistas. Pero se podría decir que finalmente la Bomba no acabó de explotar.

El lunes amaneció con menos de media entrada en la plaza pero un buen puñado de valientes en la arena. Un pirata, algunas vacas y una camarera de la Oktoberfest muy masculina dieron algo de color con sus recortes a una mañana con poco bullicio pese los esfuerzos de los mozos por animar a los presentes en La Misericordia. Pero los lunes de vaquillas casi se podría decir que son monótonos. Por no haber, no hubo ni trabajo para los miembros de la Cruz Roja, que apenas atendieron a tres personas por golpes leves. Una buena noticia, dicho sea de paso.

La escasez de participantes condicionó una mañana en la que las vacas apenas tuvieron trabajo. La más activa, la sexta, saltó al callejón dos veces, pero de inmediato fue recogida ante las protestas de los presentes, que con ella habían despertado entre risas.

Mejora el herido

Por otra parte, el joven de 30 años que resultó herido grave el pasado domingo en la primera jornada de vaquillas evoluciona favorablemente. Ayer fue sometido a un nuevo escáner para valorar su estado y pese a la mejoría sigue pendiente de evolución.