El presidente de Interpeñas, Braulio Cantera, más conocido como Patxi, es el pregonero del Pilar 2014. La asociación que conduce cumple su trigésimo aniversario en un momento en el que las relaciones con el consistorio se encuentran tirantes.

--¿Ha pensado ya en el discurso? Algo podrá adelantar...

--Lógicamente no podré pasar por alto los 30 años de la Federación. También recordaré a todos los presidentes que ha tenido y que han hecho posible que hoy las peñas estén tan relacionadas con la ciudad. Y, por supuesto, también habrá una mención especial para toda gente que ha pasado a lo largo de estos 30 años por las peñas y que ha trabajado para que crecieran. También me gustaría agradecer a la ciudad que sea la federación la que tenga el honor de iniciar las fiestas.

--Tres décadas de Interpeñas. ¿Cuál es el balance?

--Queda patente el crecimiento que ha experimentado Interpeñas a lo largo de estos 30 años. Lo que empezó siendo un colectivo de amigos ha pasado a ser un grupo de 20.000 personas. Esto nos debería de llenar de orgullo a todos, incluso a gente que no pertenezca las peñas, porque hacemos una gran labor.

--¿Cómo llega un guipuzcoano a ser presidente de Interpeñas?

--Yo soy guipuzcoano por casualidad. Me he criado en Asturias y cuando era un chaval, a los 14 años, vine a

Zaragoza. Aragón me ha dado todo: a mi mujer, a mi hija...

--¿Qué papel juegan las fiestas en la ciudad?

--Siempre han sido un motivo de diversión y de relax ante la vida cotidiana. La gente se une para disfrutar y salir.

--Hay ciudadanos que no ven con buenos ojos a las peñas.

--Creo que es por un desconocimiento. Si mucha de esa gente se involucrase en las peñas se sorprendería, no hay cosa más familiar. En algunas hay, incluso, tres generaciones. Es una visión equivocada. Si se acercasen a las peñas y vivieran la experiencia, cambiarían su opinión.

--Parece que la Federación solo se nombra en fiestas. ¿Qué función desarrollan el resto del año?

--Aunque no seamos tan visibles, hacemos multitud de actividades. Estamos presentes en las donaciones de alimentos a personas sin recursos. El pasado año se entregaron ocho toneladas. También estamos en las fiestas de barrio, en los carnavales, etc.

--¿Qué caracteriza a un peñista?

--No creo que se tenga que caracterizar por algo en concreto. Ser peñista es un sentimiento, para muchos es un orgullo. Es la exaltación de la amistad, del pasar buenos momentos. Una peña es como un gran grupo de amigos que se reúne para festejar.

--¿Cómo están las relaciones con el ayuntamiento?

--Bueno... son las que son. Existen diferencias, cada parte tiene una forma de ver las cosas. Lo que hay que intentar es que esos roces no afecten a las fiestas.

--¿Considera que su nombramiento como pregonero obedece al interés del alcalde por tenerles sosegados?

--No querría verlo así. Creo que tiene que pesar mucho más los 30 años de una asociación que, probablemente, sea la más grande que tiene la ciudad. En cualquier caso, esa pregunta se le debería de hacer al propio alcalde.

--¿Qué va a ocurrir , finalmente, con los menores?

--Nosotros vamos a cumplir a rajatabla lo que se nos solicite. Hemos entregado un proyecto con posibles alternativas para ayudar a facilitar las cosas, pero al final la última palabra la tiene la administración.

--¿Qué les parece la solución?

--Me parece una situación muy hipócrita y cínica. Que dentro del recinto no se pueda beber y fuera de él se permitan macrobotellones es patético. Lo que tenemos claro es que no vamos a permitir que los menores entren solos, no vamos a violar la ley. Lo que habría que tener en cuenta es si a los padres les interesa más que sus hijos estén atendidos ante cualquier problema o que beban en parques y en la ribera del Ebro sin ningún tipo de control.

--Interpeñas tiene también una vertiente solidaria, colaborando con diversas oenegés. ¿Qué tienen preparado en este sentido?

--Tenemos un convenio firmado con varias asociaciones, entre las que se encuentran ASPANOA y muchas más. Es importante la labor de solidaridad.