Normalidad absoluta, donde solo destacó la devoción y la emoción por depositar flores ante la patrona. Esa fue la tónica general de la jornada, en la que no hubo sobresaltos; y la lluvia, que se esperaba durante la mayor parte del día, solo hizo acto de presencia a partir de media tarde.

La Ofrenda de Flores, el acto más tradicional y multitudinario de las Fiestas duró alrededor de 14 horas --desde que salió el primer grupo, el de Africanos Católicos a las 07.30; hasta que depositó la ofrenda los últimos, Zaragoza Rolley y Villadoz, citados a las 20.25 horas. En ese tiempo, unas 275.000 personas depositaron sus flores (en los cuatro lados de la estructura) para tener un manto que pesaba más de 7 toneladas. Estos datos eran «aproximados». Los que sí eran «reales porque no me invento ninguna cifra», reivindicó el concejal de Cultura Fernando Rivarés, era que a las 19.00 horas habían participado en la Ofrenda casi 240.000 personas y depositado 5,7 toneladas de flores. Junto a Rivarés compareció la gerente de Zaragoza Cultural, Elena Laseca.

A esa hora, la lluvia era cada vez más molesta, por lo que los grupos pasaban por Independencia y calle Alfonso con ritmo rápido; no corriendo pero sin pausa. El público los animaba detrás de las vallas.

La afluencia de curiosos fue constante, por la mañana, por la tarde y por la noche, hasta sumar unas 200.000 mirones. Preguntado por si se había notado menos público debido a que no había sido puente nacional, Rivarés destacó que él no había tenido esa sensación, pese a que el año pasado la ocupación hotelera llegó al 90% y este se había quedado en el 66% Aún así, señaló que la Ofrenda sigue teniendo mucho tirón y mucha afluencia de público.

Sin retrasos

Tanto Rivarés como Elena Laseca destacaron el éxito de la «logística de flujos y públicos», que hizo que, pese a haber más grupos (hasta 684, 69 más que el año pasado), los retrasos fueran sido mínimos. De hecho, en la salida fue de unos 10 minutos y, en la llegada, que es lo que cuenta. «de un máximo de 20 minutos». El único «pequeño conato» tuvo lugar por la mañana en la calle Cinco de Marzo que hubo «40 minutos de colapso» debido a que por la amenaza de lluvia algún grupo que debía pasar por la tarde lo ha hecho por la mañana de forma individual. La solución, la apertura de una nueva vía y problema solucionado.

Ese éxito se debe a que la organización del acto salió también «a concurso público»; se limitó el número de personas en cada grupo (200); el sorteo fue total, sin privilegios... y «que todos han respetado la fluidez». Tanto es así que algún grupo que estaba «mal acostumbrado a los retrasos» llegó a la salida 10 minutos después de la hora a la que estaba citado y ya había salido el grupo que iba después.

Falsas polémicas

Desde el consistorio criticaron también quien quiso crear una «falsa polémica» por la tasa a las empresas que quisieran poner su logo en la Ofrenda de Flores. Y es que las colaboradoras quedaban fuera; y del resto, seis han sido las que han apostado por continuar con la Ofrenda con logo, «las mismas de siempre, salvo dos».

Las flores permanecerán como manto de la Virgen hasta el próximo 20 de octubre, para que zaragozanos y visitantes puedan hacerse fotos a sus pies. Ese día comenzará a desmontarse la estructura. Entonces llegará el tiempo de balances futuros, de ver qué se está haciendo bien y que se puede mejorar; aunque a fecha de hoy, Fernando Rivarés y Elena Laseca se mostraron muy satisfechos por cómo estaban saliendo las fiestas, fruto de un proceso participativo, en el que muchos sectores de la ciudad están implicados. H