La maquinaria de las fiestas del Pilar no se detiene entre semana. Aunque durante el día la ciudad recupera durante unas horas su ritmo habitual, al llegar la tarde la actividad se reanuda en las calles del centro con propuestas para todos los gustos y edades.

Una de ellas es el Tragachicos en la plaza San Bruno de 18 a 21 horas para los niños que quieran deslizarse por este peculiar tobogán. En el escenario de la Fuente de la Hispanidad, ayer era el turno del grupo L'Aurín que ofreció una pequeña muestra del mejor folclore aragonés ante un millar de personas.

Igual de concurrido estuvo el Anfiteatro del Club Náutico, donde la gente tomaba asiento con media hora de antelación para asistir al espectáculo de clown de la compañía Pez Limbo. Situaciones cómicas y enredos para hacer reír tanto a niños como mayores.

Ayer era también un buen día para que jóvenes bandas como Crisys reunieran a sus familiares y amigos en la Plaza del Justicia. La ocasión y el lugar lo merecen. Calentaron motores con una versión del Nothing Else Matters de Metallica, para continuar con temas propios como Paralelo 17 y Al límite, de estilo punk rock.

En la Plaza San Felipe la noche sonaba diferente. El zaragozano David Tejedor abrió un recital de flamenco en estado puro, crudo y sin mestizajes. Tangos, alegrías, bulerías y soleás amenizaron la velada a un público diverso.