El gerente de la plaza de toros de La Misericordia, Ignacio Lloret, es un joven aunque experimentado taurino. Está fuertemente vinculado a Aragón (su esposa es turiasonense) y conoce en profundidad la idiosincrasia de esta plaza. Bajo la órbita siempre creativa de Simón Casas se ha aupado hasta los puestos principales de la grey empresarial y en la actualidad está al frente de la gestión de Valencia, Alicante, Madrid…

No habla solo de negocios, su visión llega más allá: cree en la renovación del espectáculo pero sobre todo, se niega a dejar de soñar.

-Un año más, Zaragoza merece una campaña publicitaria específica y diferente.

-Sí. Es una apuesta a la que ya no podemos renunciar. Este año el lema de Zaragoza, Pilar de la Tauromaquia creo que hace justicia a la única feria en el mundo que en nueve días da 25 festejos donde caben todas las tauromaquias y a los que acuden en torno a 150.000 personas. Creo que es algo único y que había que poner en escena como hemos hecho.

-¿La estrategia pasaba por desdoblarla en dos campañas: una convencional y otra más creativa?

-Bueno, hasta la fecha parece que bastaba con anunciar la feria con un cartel y empezar a vender. Nosotros creemos que eso es insuficiente. Este año son 14 fotos de diversos toreros las que se han hecho. En todo caso ha merecido la pena.

-A simple vista, los carteles no destacan por su especial rotundidad en conjunto pero, al parecer, la venta va a un ritmo muy elevado.

-Afortunadamente, el termómetro de una feria lo da la taquilla. En 2017 se va a batir el récord de abonados de nuestra gestión y casi se duplica lo que nos encontramos al llegar.

-Todo el mundo pide entradas para el día de Roca Rey.

-Esa es otra circunstancia que no sucedía hace mucho en Zaragoza. En apenas cuatro días de venta se ha puesto el cartel de no hay billetes en una de las corridas. Ha sido algo increíble.

— Algo se les habrá quedado en el tintero…

—Siempre queda algo. Si pensáramos lo contrario seríamos estúpidos. Afortunadamente Zaragoza ha demostrado que tiene un gran margen de crecimiento y que, por tanto, es una feria segura y consolidada.

-Con esta feria terminan contrato aunque existe la posibilidad de prórroga que, se supone que pedirán.

-Así es, pedida está. Sería incoherente que no optáramos a una prórroga cuando llegamos con una plaza hundida y ahora goza de tan buena salud.

-Es una feria en la que hay una serie de nombres de ‘emboscados’ con los que poco cuentan algunos en principio pero ésto se recuenta al final.

-Yo no los llamaría emboscados ni mucho menos. Cuando una feria está copada exclusivamente por las figuras se suele reclamar que se abran carteles y se de paso a toreros nuevos. El Pilar es una feria que históricamente vino marcada por la ausencia de determinadas figuras. Este año toreros como José María Manzanares, Morante de la Puebla o Antonio Ferrera, con los que contábamos, han cortado temporada con anterioridad por diversos motivos. Sin embargo, los carteles tienen una virtud por encima de todas: la apuesta por la juventud y por los toreros que están dando la cara esta temporada en todas sus actuaciones y que son aire fresco para renovar el escalafón. En ese sentido están todos: Román, Luis David Adame, José Garrido, Paco Ureña, Roca Rey, López Simón, Ginés Marín y las dos alternativas de Leo Valadez y Jesús Enrique Colombo. El que critique esta apuesta de la empresa está negando el futuro.

-El toro da carácter e identidad a una plaza, es de suponer que han seguido la política de traer el toro de respeto, el toro de Zaragoza.

-Por supuesto, el toro de Zaragoza está bien definido. Un toro de plaza de primera que poco tiene que envidiar al de plazas como Madrid, Pamplona o Bilbao. En estos años apenas ha habido problemas en los corrales con los veterinarios o con la autoridad a la hora de los reconocimientos previos.

-Eso también contribuye a hacer una foto fija de una plaza ¿sienten que han conseguido la estabilidad que se perseguía?

-La estabilidad sí pero el objetivo de seguir creciendo sigue vigente.

-Siendo una plaza de una feria principal y otra menor en abril, el termómetro ya no es el abono ¿o sí?

-Cada vez menos. En todo caso el abono de Zaragoza es asequible y permite disfrutar de una semana de toros al año al máximo nivel.

-¿La feria de San Jorge, en abril, solo la resucitaría un caso como José Tomás o se trata de minimizar daños hasta que llegue El Pilar?

-El público de Zaragoza y de fuera va a los toros masivamente en El Pilar pero le cuesta mucho más hacerlo en abril. En todo caso siempre hay que dejar una puerta abierta para soñar…