-Parece que las fiestas del Pilar siempre tienen que empezar con traca. ¿Es imposible tener unos preparativos tranquilos?

--Cuando decidimos crear un nuevo modelo más participativo, descentralizado y cultural, sabíamos a qué nos enfrentábamos. Eso genera un estrés lógico. Si un año el PP me acusa de cargarme la Ofrenda por poner tasas a las grandes empresas que la aprovechaban para hacerse publicidad gratuita, parece que sí hay traca. Si se inventa que Ada Colau va a salir al balcón, también. Y si este año se crea una falsa polémica en torno al Párking Norte, pues también. Forma parte de un modo de hacer política del siglo XX que esos políticos deberían superar y venirse al XXI. Pero hacen mucho daño a las fiestas, que todo el mundo debería amar y los concejales, respetar.

-¿Es algo personal, entonces?

--No creo, es solo su modo de hacer política, que aprovecha cualquier circunstancia, tenga o no datos racionales, para buscar titulares que son efímeros porque luego obtenemos la valoración más alta, con un 9. Este año es incómoda la polémica del Párking Norte porque además se mezcla, intencionadamente, con las peñas, pero los Pilares son de las mejores fiestas del mundo porque son populares y se ocupa la calle. El año pasado, hubo más de 500.000 personas en la calle el 11 de octubre. Eso genera problemas de movilidad, aglomeraciones, esperas... Cuando la gente va a un concierto gratuito en la plaza del Pilar y no cabe, solo es sinónimo de éxito. Convertir eso en un argumento zafio para decir que ZeC es inútil y que se ha cargado los Pilares, es cutre y le doy poca importancia.

-Echando mano de la hemeroteca, el Párking Norte no casaba con su modelo de fiestas. ¿Es casualidad que ocurra esto?

--Lo que siempre he defendido es que debería haber muchísimos más recintos, abiertos y cerrados, más pequeños y medianos. Porque asegura más facilidad en la gestión de la seguridad, que es esencial, la movilidad y el disfrute, pero también para diversificar la programación. El Párking Norte era un contrato en vigor, que acababa, y yo decido el 23 de noviembre pedir el suelo a la DGA, pero no me lo da hasta el 11 de julio. Hay una responsabilidad directa de ella en lo sucedido. Y lo repetiré 300.000 veces si hace falta. Y luego en las denuncias y renuncias de algunas empresas. ¿Que si me gusta a mí el Párking Norte? Eso no importa, solo lo que las fiestas necesitan. Ahora solo digo que no es ningún drama, que la oferta es tan amplia y variada que no se le va a echar en falta. Otra cosa es que se vea como el lugar donde hacer, fuera, el botellón, que no tiene por qué ser algo malo y que se hace todos los jueves, viernes y sábados en otras zonas. Cualquier alternativa para las peñas o para el ocio conllevará, sí o sí, botellón. Por hábitos y porque el alcohol lo compran más barato. Eso no tiene que ver con el Pilar ni con que haya o no Párking Norte.

-Importa su opinión porque quien recuerde esas declaraciones podría pensar que esta polémica es más intencionada por su parte. Porque no le gusta este espacio.

--Yo decidí que hubiera Párking Norte en noviembre, y por la posible sospecha lo recuerdo. Si alguien tiene alguna duda, debería disiparla. Lo que no voy a hacer nunca es firmar algo que vaya contra la ley, que es la que me impide adjudicar a dedo un espacio o pese a lo que digan los informes. No firmaré nada que no garantice la seguridad de todos. Lo de poner escenarios bajo un paso a nivel o en edificios en derribo pasaba en un contexto de los años 80 y 90 en los que las normas eran otras. El ayuntamiento no las dicta, solo las cumple.

-No hace autocrítica. ¿Qué ha hecho mal Fernando Rivarés?

--Fiarme de que el Departamento de Educación me daría los suelos en plazo y fiarme de que todo el mundo va de buena fe.

-¿Cree que hay más detrás de la renuncia de Ferias Lanzuela?

--Sí, sí, sí...

-¿Como qué?

--No puedo afirmar algo que no pueda demostrar. Pero lo creo.

-¿Cree que hay intereses políticos en todo este fiasco?

--Sí, y de algunas empresas también. No puedo afirmar de qué tipo, porque tampoco lo puedo demostrar, pero sí que lo creo.

-¿Va a dimitir?

--No, jamás. No hay ninguna razón para ello. La petición de Cs fue un exabrupto sin sentido y bastante inmoral por parte de su portavoz, que pedía al alcalde que me destituyera, y él tardó cinco minutos en ratificar su confianza en mí, al igual que todo el Gobierno. El único problema ha sido el de los plazos que marca la DGA y su tardanza, nada más. Todo está fundamentado en informes jurídicos. Se acabaron los tiempos en los que las cosas se hacían sin ellos. Nunca he tomado una decisión sin un informe que la avalara.

-¿Preparado para otro abucheo en el pregón? ¿Le preocupa?

--No. Es histórico. Desde González Triviño, a Rudi, a Atarés y a Belloch, siempre se ha pitado en la plaza del Pilar. A mí no me parece bien, pero es un derecho. Es de mala educación, porque la gente va a escuchar a los pregoneros y a veces no se les deja. Son históricos, masivos, los que se llevaba Belloch. ¿Ya nadie recuerda los que recibió Atarés los años del trasvase? Entonces, ¿por qué hoy es una polémica o una preocupación política? Más allá de que pitar no siempre es abuchear. El año pasado la ultraderecha convocó un abucheo y al final resultó un pregón maravilloso.

-Pero no debe ser agradable para un concejal de la ciudad...

-Pero es un derecho. Tengo casi 49 años y me he manifestado toda mi vida. No convirtamos en un debate político, mediático o social que haya o no abucheos.

-¿Es un fracaso en su carrera política lo que está sucediendo?

--Yo no tengo carrera política, ni he tenido ni tendré. Fui a unas primarias de ZeC, me eligieron y luego nos colocó la ciudadanía donde estamos. Soy autónomo desde los 19 años y volveré a serlo cuando deje esto.

-Es usted el responsable de Economía y Cultura de Zaragoza. Si eso no es carrera política...

-Tengo un cargo, no una carrera política. Esta la tienen aquellos concejales que nunca han trabajado en nada más que en la política. Algunos de ellos desde hace más de 30 años. Como mucho debe durar 8 años, y luego buscarse la vida como todo el mundo.

-¿Volvemos a si considera un fracaso lo que está sucediendo?

--No, no lo es. Es un problema de plazo, de que la DGA lo entrega tarde, que el Tribunal de Contratos me impedía adjudicar y de que cuando lo hacemos, renuncia la empresa al día siguiente.

-¿Ya se ha explicado usted por qué renunció Ferias Lanzuela?

--No.

-¿Ella se lo ha aclarado?

--Tampoco. Por tiempo, dicen, pero no creo que con doce horas de diferencia sea algo importante. Celebrar a las 11 de la mañana que has ganado y decir que te retiras a las 11 de la noche...

-¿Las peñas tienen algo que ver?

--No lo sé. Históricamente parece que hay una serie de derechos adquiridos que no sé de dónde salen, que dan mucho dinero y que han complicado mucho las cosas en la adjudicación de suelo público. Las explotaciones festivas en el Pilar dan mucho dinero.

-¿El ayuntamiento debería hacer lo posible para que Interpeñas tenga pabellón propio?

--Ya lo hace para cualquiera que presenta un proyecto razonable. Hay siete peñas que han solicitado una instalación en sus barrios y que negociaron entrar como peñistas en Valdespartera. Sus divisiones internas no son problema del ayuntamiento.

-¿Van a ser las últimas fiestas del Pilar que organice usted?

--No lo sé, ¿lo sabe usted?

-¿Tiene ganas de continuar?

--Sí. Hemos construido un Pilar distinto, un nuevo modelo cultural del que se habla mucho en el resto de España, otras ciudades han venido a conocerlo y se diseña en un grupo de trabajo que no existía. Y nunca ha habido tantos espacios para las fiestas.

-¿Se parecen a las que querría?

--Sí, sin tanto gran recinto, sino con muchos más espacios en los que, excepto Valdespartera, los teatros y el Auditorio, sean siempre de acceso libre.

-Alguien puede pensar que el Párking Norte ya no volverá...

--No lo he decidido.

-¿Cree que la crispación del salón de plenos se ha instalado en la calle? La gestión se está judicializando constantemente...

--Eso no tiene que ver con la calle sino con los viejos partidos que hacen política del siglo pasado. ¿Qué sentido tiene llevar ante el juez los debates que deberían producirse en el salón de plenos? Ahí no hay debate, hay broncas. Se aprovecha cualquier circunstancia y sin ningún argumento para ir al juzgado. Esa política es destructiva para la ciudad, y la paga el ciudadano, al que se le da una patada en el culo. Si se quiere derribar a ZeC tendrá que ser con política de altura y en las urnas, no con esta zafia política del imperio contraataca porque se rompió el bipartidismo y sus viejos juegos ya no sirven.

-¿Cómo la está viviendo y qué perspectivas tiene con las ordenanzas y el presupuesto?

--La crispación es muy alta y responsables seremos todos sin excepción, sobre todo los que hacen política de la vieja guardia. Pero creo que hay más pesimismo fuera que entre los concejales. Ha habido ordenanzas y presupuesto todos los años y este hay una bajada del IBI del 3% al 12%. Haré todo lo posible para que esa bajada se produzca.

-¿Cómo será ese presupuesto para que sea difícil de rechazar?

-Justo. Ya sabemos la tendencia de los últimos tres años. Más vivienda pública, más cultura y más acción social. Más y mejor movilidad, mejoras en los barrios... Hemos reducido la deuda y acabado con las infradotaciones en los servicios. Ese 126% de endeudamiento está en el 92%, con las cuentas ordenadas, financiación bancaria y ya fuera del plan de ajuste. Si no es un logro, habrá que explicar por qué.

-¿Recuerda cuando hablaba de la usura? Cuesta entender que vea un logro reducir la deuda.

--Y sigo hablando de la usura, y de la deuda criminal. Y también dije que algunas no se iban a pagar, como la que se ha renegociado de Zaragoza Alta Velocidad.

-Pues parece que ya acepta que la deuda bancaria no se discute.

--La sigo discutiendo.

-¿Cómo será ese presupuesto?

--No adelantaré nada hasta que no lo apruebe el Gobierno y lo hable con los grupos progresistas.

-¿Esto sí lo va a negociar?

--Para hablar con alguien la otra parte se tiene que querer sentar.

-La otra parte no se sienta por el golpe en las sociedades. ¿Ha merecido la pena ese tránsito?

--Lo único esencial es que no se puede castigar a la ciudad por decisiones políticas que la gente ni entiende. Y no pueden usar un argumento así por aplicar un artículo de una ley aprobada en las Cortes que nadie discutió nunca.

-Si la oposición fuerza su vuelta a las sociedades municipales, ¿será una derrota?

--Se usa muy fácilmente lo de victoria o derrota, obedecen a una cultura de enfrentamiento que no comparto. Hablar lo soluciona casi todo, y llevará a acuerdos.

-¿Como la bilateral con la DGA?

--La DGA está incumpliendo dos cosas muy serias. Lleva seis años sin pagar la deuda del tranvía y con la ley de capitalidad aprobada no ha abonado el dinero que le corresponde a Zaragoza. La bilateral se ha retrasado porque solo le interesa cobrar el ICA a los zaragozanos. Pero antes debe solucionar sus frentes abiertos.

-¿Usted ha pagado el ICA?

--No tengo casa en propiedad, la tengo alquilada y no sé si mi inquilino paga el ICA o no.

-¿Qué acuerdos deben salir de esa bilateral para ser un éxito?

--Con uno que hubiera ya sería más de lo que hay. Pero hay que hacer oficial el acuerdo del 2017 por los juzgados del Pilar, firmar el convenio de Derechos Sociales y que la DGA ponga el dinero que prometió para el sellado del vertedero. Es un mínimo. El actual consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, no puede hablar de comportamientos modélicos cuando dejó en el ayuntamiento lo que dejó.

-¿Gimeno ha dejado de ser interlocutor válido para usted?

--Todo el mundo lo es, aunque hace mucho que no hablamos, salvo cuando nos vemos por la calle. Ahora es Vicente Guillén, con quien es más fácil hablar.

-El resultado es idéntico.

--Pero es más fácil hablar.

-¿Las cosas cambiarán tras las primarias del PSOE?

--No hablo de organizaciones políticas a las que no pertenezco.

-Y en las de ZeC, ¿estará usted?

-Me gustaría. No he dicho que sí, solo que me gustaría.

-¿Tiene opinión de quién debería liderar ese proyecto de ZeC?

-Estoy debatiendo conmigo mismo y con mi gente, y los demás deben decidir también qué quieren hacer. Para mí, mi alcalde es Pedro Santisteve y seguirá siendo así hasta mayo del 2019.

-¿Y en junio?

-Eso lo decidirá ZeC.

-¿Qué cree que piensa la gente de usted y de su gestión?

-En general la gente es muy afable. Excepto una vez, que fui increpado por un señor con una esvástica en la calle Alfonso. Aunque a veces tengo la sensación de que algún día seré el responsable de la muerte de Kennedy.

-¿Usted mató a Kennedy?

-A lo mejor un día descubro que sí que estaba allí (se ríe).