Hace muchos años, cuando el hip hop ni siquiera tenía mucho predicamento en España, la posible discusión (aunque pronto se demostró que no tenía sentido) era quién era el mejor MC. Hoy nadie lo discute y si alguien lo hace, tiene una respuesta que le apabullará. Kase.O es el rey de la rima. Por la capacidad que tiene para transmitir con sus letras y, sobre todo, por su asombroso dominio del escenario que le lleva a conseguir una simbiosis casi completa con un público que está cercano a la catarsis cuando Kase.O se pone al micro.

Ejemplos hay muchos pero no se vayan muy lejos, el pregón que Javier Ibarra pronunció en el 2017 ha pasado a la historia por ser uno de los mejores nunca dados y, sobre todo, por conseguir, en unas circunstancias complicadas por el ambiente enrarecido que había, unir a toda la plaza del Pilar en un solo grito. Hoy vuelve al lugar de los hechos pero ya abajo, en su sitio natural, es decir en el escenario principal donde, desde las 22.30 horas, acompañado de sus ya inseparables Momo y RdeRumba a los platos, despliegue, por tercera vez en la capital aragonesa (tras llenar en dos ocasiones el pabellón Príncipe Felipe, un hito para el rap), todo el arsenal que esconde El círculo.

UN DISCO COMPLICADO

Ese disco que le costó parir a Kase.O tras un retiro en Bogotá en el que no acababa de encontrar su esencia y que terminó saliendo gracias al empuje anímico que le dio RdeRumba. Desde que el esperadísimo trabajo (lo que no rebajó la presión a la que estuvo sometido el MC) vio la luz ya no ha habido más dudas. La bola no ha dejado de crecer. El disco gustó. Mucho. Pero lo que ha sucedido a continuación con la gira es algo que ni él se imaginaba ni tampoco los más optimistas. Porque era algo imposible de pensar para nadie. Ha llenado pabellones allá donde ha ido a este lado del Atlántico y al otro, en el norte de España y en el sur, en el este y en el oeste, en festivales y en concierto para él solo. Ha asombrado en Lanuza, en Barcelona o en el Viña Rock y ha convencido a sus más acérrimos seguidores (sí, también a los puristas el rap) y no contento con eso ha ensanchado la base de su público fiel llegando a gente que era impensable hace años que acudiera a un concierto de rap.

LA FUERZA DE LA DEBILIDAD

Y el mérito es exclusivamente suyo. Kase.O ha sabido combinar buena parte de sus gustos musicales para huir de un hip hop puro buscando la complicidad con un oyente que, además, ha podido deshumanizar al héroe. En El círculo, Javier Ibarra se muestra más desnudo y débil que nunca pero en un estado con el que también ha conectado más que nunca con su público. Y si a eso se le une que sobre el escenario se ha desatado totalmente y es capaz de dar una clase de filosofía consiguiendo que ni a los más raperos se les hagan largas las presentaciones, está un Kase.O por un lado más desnudo que nunca si tenemos en cuenta sus rimas y, por otro, al Kase.O más fuerte de la historia.

Esta noche aterriza El círculo en la plaza del Pilar en un concierto en el que aseguran que tendrá un equipo de luces muy especial y un sonido estratosférico. Como el alienígena Félix que presentó en sociedad el año pasado durante las fiestas del Pilar y que seguro que ahora ya sabe más castellano. Es un día grande para el rap. Otro muro que se va a derribar por lo que solo falta confiar en que el tiempo respete y la lluvia no estropee una noche que se perfila apoteósica.

Antes de que Kase.O haga que la plaza se venga abajo, El Momo, El DobleZero y Fleki Flex abrirán el concierto desde las 21.45 horas. El Momo se ha convertido, precisamente, en una de las grandes revelaciones. Si en Aragón ya había despuntado (sobre todo entre los aficionados al género) y poco a poco se iba haciendo un hueco, ser telonero (y voces) de Kase.O le ha permitido dar a conocer surap. Hoy volverá a ponerlo de largo durante la media hora que precede a la salida del volcán Kase.O. El resto será Historia. Con mayúscula.