"Para sobrevivir dicen que hay que mentir". Esas fueron las primeras palabras que pronunció Isabel Pantoja en la primera canción del concierto que ofreció anoche, a las 22 horas, en el pabellón Príncipe Felipe. "Y yo digo que no". Así terminó contundente ante el aplauso fervoroso de sus fans.

Largas colas aguardaban a que empezara el concierto una hora antes. Hubo pancartas, hubo cantos de algunas de sus fans y también hubo palabras de apoyo para su ídolo en relación a su posible ingreso en prisión por su imputación en el Caso Malaya. "La gente comete errores" decían algunos seguidores, otros calificaron de "vergonzoso" el trato que la prensa le está dando a la figura de la tonadillera en relación a su vida personal. Y es que el concierto de ayer no solo fue música, fueron muchas más cosas.

El pabellón Príncipe Felipe se llenó más del 70% de su aforo y sus fans pagaron entre 30 y 60 euros por entrada. En el concierto se vieron caras conocidas como Luis Rollán o Lita Claver entre otros personajes de la farándula que no quisieron perderse el gran concierto.

El espectáculo comenzó con demora, con la proyección de un vídeo de imágenes de la larga e intensa trayectoria profesional y personal de la tonadillera. Imágenes con sus hijos, de su boda, de las carátulas de sus discos y de fragmentos de sus espectáculos desde bien joven copan el recorrido por la vida de Isabel Pantoja. Pues en el concierto, además de música también estaba mezclada la salsa rosa que se vio en el despliegue mediático que se pudo ver en el pabellón.

Tras el vídeo y las ovaciones de un público entregado, un nutrido grupo de músicos, compuesto por instrumentos de cuerda, de viento, percusión y coro, interpretó una pieza instrumental. Pero lo que el público quería era ver a su ídolo musical. Pero para algunas es mucho más que eso, como ellas expresaron "es un ejemplo a seguir".

Y por fin, Isabel Pantoja salió a las tablas ataviada con un elegante traje negro para interpretar Para sobrevivir, un tema de 1989 que parecía un guiño a la situación personal delicada que está atravesando actualmente. Pero antes de ello, sus seguidores le tiraron flores al escenario y ella se tomó su tiempo para agradecer al público su presencia y cariño.

Así, más de 4.000 personas se dieron cita en Zaragoza, venidos de todos los lugares --Bruselas, Sevilla, Sabiñánigo, Valencia y París, entre muchos otros destinos-- para ver a una artista que no deja indiferente a nadie, sobre todo a su séquito de fans que la defienden a capa y espada. Esta es la tercera vez en cuatro años que la tonadillera actúa en las fiestas del Pilar, pero la primera en la que se siembra la incertidumbre. Y lo que esperan sus fans es este concierto no sea el último.