Si el público quiere cantar, el de Manolo García es su concierto. O así lo asegura el cantante catalán. «Cada vez me gusta más oír cantar a la gente», reconoce. Sin embargo, los fans que asistan al Pabellón Príncipe Felipe (22.00) querrán escucharle a él interpretar los temas de su último disco, Geometría del rayo.

Lo define como un «disco muy apaciguado pero no en el sentido de lento, porque «hay canciones de tempo medio y también roquero...», aunque sí reconoce que le ha pillado en «un momento de mucha tranquilidad, de calma» quizá «por los años o por mi estado de ánimo, pero cada vez me tomo las cosas con mucha más calma, asumo los errores e incluso que a a veces no se pueden corregir los errores».

Esa situación personal contrasta con la del país y Manolo García lo sabe. «Hay que salir a la calle con un buen talante y una sonrisa por delante, porque realmente la vida está complicada para mucha gente en lo laboral, en lo cotidiano», explica, y añade: «En los últimos años nada está para que la gente esté alegre y eso que todos estamos predispuestos a que todo vaya bien». Sin embargo, «la gente joven no tiene trabajo o lo tiene mal pagado; los mayores con sus pagas... las cosas objetivamente justas hay que defenderlas». Por eso «me monto mi trinchera y salgo a la calle con mi música, intentando no venirme abajo porque vivimos días grises y contra eso está la alegría. Yo pienso que vamos a hacer la revolución de la alegría porque estar alegre es gratis y nadie te lo puede impedir aunque lo intenten con sus artimañas».

En este sentido, reconoce que «la música no va a arreglar el mundo, pero va a hacer la vida más llevadera porque el arte es un vehículo para la felicidad, para que la existencia cobre sentido».

Dedicatoria especial

De hecho, Geometría del rayo está dedicado «a los que no pueden vivir sin arte» y contra la cultura única del entretenimiento. «Me parece genial todo lo que haga feliz a alguien, pero también me gustan las propuestas que me aportan poesía. El arte con mayúsculas es aquel que te llega a las entrañas. Yo busco eso que te deja huella y mi disco está dedicado a aquellos que buscan algo más».

En su concierto de esta noche interpretará los temas de su último disco pero también grandes éxitos. Y lo hará con una doble banda. «La mitad del concierto lo hago con mi banda habitual y toco las canciones más conocidas y el nuevo disco, con la banda americana» con la que lo grabó.

Para esta gira ha elegido grandes recintos. «Me gusta la gira de pequeños teatros, pero también tengo ganas de rock and roll. En los sitios más grandes es diferente porque hay que exagerar un poco más, saltar más, correr más, hay más público que levantar...», afirma Manolo García, quien siempre ha tenido un buen feeling con su público. ¿El motivo? «Yo siempre lo he respetado. A mí como a muchos músicos me ha costado mucho llegar y se lo que cuesta; así que estoy agradecido y el público lo nota. La gente podría elegir ir a mil lugares o quedarse en casa y elige venir a verte...»

Por eso, entiende que esta noche, en Zaragoza, «hay muchas propuestas, pero que la gente sepa que voy con toda mi ilusión y mis ganas, que será una noche bonita. Y que durante dos horas y media o tres serán felices y podrán cantar», que por unos segundos, será Manolo García quien les escuche.