Los oregoneses Marisol Aznar, Jorge Asín y David Angulo vuelven con su nuevo espectáculo Cómo sobrevivir a las fiestas sin perder la dignidad, que se pone en escena en el Teatro de las Esquinas hasta el 15 de octubre. Las festejos son la base de una obra donde los aragoneses, con el fin de pasárselo bien, acabarán haciendo el mayor de los ridículos.

—¿En qué consiste este ‘Cómo sobrevivir a las fiestas...’

—Es una obra con humor, música en directo y el sello oregonés nuestro que la gente ya conoce. Se trata de ofrecer nuestras cualidades para el humor y para la música.

—¿Es también una comedia de ‘sketches’?

—Sí, también es mezclar el concepto de El club de la comedia, porque hacemos desde presentaciones con nosotros mismos hasta sketches de humor y canciones alusivas al tema que tratamos.

—¿En qué situaciones los aragoneses pierden la dignidad?

—Por ejemplo, nos hemos basado en la gente que trabaja para el Pilar. Policía o camareros atendiendo que tienen que enfrentarse con los que pierden la dignidad porque están festejando. Se producen situaciones muy límite y muy graciosas.

—¿También puede decirse que la obra es una guía para conseguir salir airosos de esas situaciones?

—Con el título parece que es una especie de manual pero, en realidad, casi es más mostrar el lado oscuro de las fiestas y de la gente ridiculizándose. Lo bueno de esta obra es que mucha gente se ve reflejada o ve reflejada al vecino. La gente la acoge muy bien porque ven cosas que están basadas en la realidad, a pesar de estar caricaturizadas.

—¿El rídiculo es una de las claves del humor?

—Sí, el rídiculo funciona bastante bien. A veces el fracaso del ser humano puede llevar a la tragedia o a la comedia.

—El año pasado protagonizaron ‘Qué majicos son los Pilares pero pa’un rato’. ¿Qué tal les fue?

—Fue brutal. Como funcionó tan bien, quedamos en que este año haríamos una producción nueva, y así ha sido. La gente que vino al estreno, y ya había venido el año anterior, nos dijo que estaban sorprendidos porque tenía mayor calidad y trabajo.

—¿Usted compone las canciones de la obra?

—Hay alguna canción propia que he hecho yo y luego interpretamos parodias de otras canciones. Por ejemplo, tenemos la música de Luis Eduardo Aute o Víctor Manuel. También a Luis Fonsi con Despacito, que se ha convertido en el Despacico, hablando de lo despacio que va la gente en la Ofrenda...

—¿Qué papel cumplen estos artistas?

—Los artistas se dividen entre los que están disfrutando de las fiestas y los que están sufriéndolas como Luis Fonsi o Aute. Hay una colección bastante delirante de canciones. La mayoría las canto yo y Marisol canta algunas artitas femeninas.

—El viernes fue el estreno. ¿Cuál fue la reacción del público? ¿Qué espera que la obra trasmita al público?

-La gente estaba despiporrada. No es una comedia de sonrisitas, es que la gente se parte de risa. Es un bálsamo total la hora y cuarto que la gente desconecta y se lo pasa en grande. Mis compañeros Marisol y Jorge son unos auténticos reyes del humor y conectan con la gente de una manera brutal. Esperamos que la gente disfrute con nosotros.

—Para aquel que todavía tenga dúdas, ¿qué le diría para animarle a que fueran a verles al Teatro de las Esquinas?

—Deberían ir para encontrarse un poco a sí mismos o al vecino, y disfrutar de ratos de auténtico partimiento de risa. No se suele ver cosas tan graciosas que funcionen tan explosivamente. La gente tiene que venir para vivir las fiestas realmente. Es un punto de reírnos con nuestra identidad y disfrutar con ello.