Su quincuagésimo cumpleaños ha celebrado este año la Ofrenda de Frutos, que como cada 13 de octubre reúne a las Casas Regionales de nuestro país que desfilan hasta la Basílica de Nuestra Señora del Pilar para ofrecerle los mejores frutos de cada tierra.

Este año se ha batido un nuevo récord: han participado 59 grupos nacionales, respecto a los 55 que lo hicieron el año pasado, que congregaron a más de 2.500 oferentes. Estos ofrecieron más de 5.000 kilos de alimentos, que posteriormente se donarán y se repartirán por los distintos comedores sociales de la ciudad. Por ello, la Ofrenda da sus frutos por partida doble: las Casas Regionales ofrendan los alimentos típicos de su zona y esos sirven, a su vez, para cubrir las necesidades de las entidades sociales de Zaragoza.

La Ofrenda de Frutos comenzó ayer puntual a las 11 horas en la Plaza de Santa Engracia, siguió por el Paseo de la Independencia, retomó su paso tradicional por la calle Alfonso-- el año pasado recorrió la calle Don Jaime-- y terminó en torno a las 14 horas en la Plaza del Pilar, en lo que fue un recorrido irregular entre las paradas y los pasos apresurados que marcaron la organización.

Al inicio de la Ofrenda chispeó pero pronto salió el sol respetando la tradición, que hizo que un numeroso público, tan abundante casi como el del día anterior, se animara a presenciar el paseo. Pero cada uno barre para su casa: "Nos gusta ver la variedad pero cuando pasan los de Cetina les aplaudimos más", contó orgullosa una señora del público.

UNAS GRADAS CASI LLENAS

Incluso las gradas, con un aforo de 2.000 que no tuvieron éxito en la Ofrenda de Flores, sí lo tuvieron ayer cuando se llenaron 1345 plazas. Quizá porque el precio descendió a un euro frente a los 3.50 euros que costaban las entradas el día anterior. "Un euro me parece un buen precio para ver la Ofrenda cómodamente", reconoció una mujer que se animó a estrenar las gradas.

Se podría decir que fue una Ofrenda chispeante. No solo por las primeras gotas tempraneras, sino por el brillo que irradiaron los trajes regionales y la vistosidad de los frutos, que fueron dispares.

Las aceitunas andaluzas, la sidra asturiana --con demostración del escanciado en vivo y degustación incluida--, los plátanos canarios, los embutidos extremeños, los melones manchegos, el jamón de Teruel, las cebollas de Fuentes de Ebro--que conformaron un centro en forma de manto de la Virgen-- y los arroces valencianos fueron algunas de las delicias que desfilaron en un paseo de color, que durante las casi tres horas de duración, y llamaron la atención de los asistentes. "José, ¿has visto esos rebollones? Son más gordos que los que cogimos en el Moncayo", expresó una señora a su marido.

Cada grupo aportó su esencia a la Ofrenda y para muchos de ellos es un "orgullo" representar a su tierra. El numeroso grupo de la Casa de Andalucía de Zaragoza desfiló con su característica alegría cantando y bailando sevillanas, la solemnidad de las gaitas y tambores asturianos arrancó algún que otro "¡Viva Asturias!", las madrileñas marcharon con su peculiar elegancia del brazo de sus chulapos, y la bravura de los bailes joteros aragoneses provocaron un sinfín de aplausos entre el público. También lo hicieron el resto de grupos aragoneses en los que los asistentes más se identificaron. Casetas, Villamayor de Gállego, Figueruelas, Paniza, Bujaraloz, Morata del Jalón, Pinseque, Cetina, fueron algunos de los representantes de nuestra comunidad autónoma.

Dejando a un lado la tradición, los niños son los que se llevan las miradas y levantan las sonrisas más tiernas del público. Alguna pequeña sevillana intentó dar sus primeros pasos de baile, otras niñas vivieron su primera ofrenda portando, sonrientes, sus cestas y otros, como un niño montado en una carretilla, no se cansaron lo más mínimo.

Y es que la Ofrenda de Frutos, es más modesta en participación y duración que la archiconocida Ofrenda de Flores --aunque la de Frutos es más antigua que la de Flores--, pero muchos zaragozanos la prefieren. "No hay tanto agobio y te puedes mover mejor", expresó un señor acompañado de su mujer, que añadió que le gusta "su fin benéfico de donar los alimentos". Sin embargo, los hay que opinan que "como ver a la Virgen rodeada de flores no hay nada". Había quien apoyaba la teoría: "La de flores es más popular".

De una forma u otra y ajenos a las opiniones, ayer se cerró el círculo. "Llevo saliendo unos doce años sin fallar ni uno solo", relató un chulapo. Muchos de los oferentes llevan toda una vida. Para ellos, solo quedan 365 días para la siguiente cita con la tradición, en la que muchos ya ponen la vista. La Ofrenda de Frutos, con o sin lluvia, tampoco fallará, como lleva haciendo desde 1949.