Mientras la mayoría de los oferentes intentaban aproximarse lo más cerca posible de la estructura de la Virgen del Pilar con la vigilancia y la negativa de la organización para velar por la seguridad de los presentes, un colombiano y una zaragozana del prupo de la Cruz Roja se han colado en una fiesta inesperada, la suya, muy especial. A toda prisa, sobre las 10.30, él se ha arrodillado junto a su prometida y le ha pedido matrimonio entregándole un anillo.

Los asistentes, y sobre todo la novia, se han quedado boquiabiertos. "Yo ni me le esperaba, me ha cogido por sorpresa. Me ha dicho que nos acercáramos a sacarnos una foto y me ha pedido matrimonio", contaba la futura esposa entre un pequeño sollozo y la mirada atenta de su madre, con la cámara echando fuego para recoger el instante. La hija no, pero la futura suegra estaba al tanto. "Para qué voy a mentir, yo ya lo sabía", contaba con la sonrisa de quien maneja la información de antemano.

El joven colombiano, aturdido por el impacto de su decisión y la repercusión de hacerla en público, en el corazón de la Hispanidad, decía. "Me he topado con una gran mujer y estoy agradecido con ella, con su familia y con España que me ha arropado muy bien. ¡Que viva la Guardia Civil, la Policía Nacional, el Ejército y que Viva España! Estoy muy orgulloso". Hay boda.