La ley de protección a la infancia y adolescencia de Aragón ya prohíbe, desde el año 2001, la admisión de menores "en locales especialmente dedicados a la expedición de bebidas alcohólicas, salvo que vayan acompañados de sus padres o de quienes les sustituyan en el ejercicio de las funciones propias de la patria potestad o autoridad familiar". Hace ya trece años que se promulgó esta norma, pero en la práctica las fiestas de ciudades y pueblos han hecho la vista gorda.

La DGA reactualizó esta ley el pasado mes de febrero, con el decreto que regula la celebración de espectáculos públicos y actividades recreativas ocasionales y extraordinarias. ¿Cuál es la novedad que aporta el Ejecutivo autonómico respecto a la ley de protección a la infancia? Que permite que los organizadores de dichos eventos "habiliten zonas diferenciadas" de forma que quede garantizado que los menores de edad no puedan adquirir ni consumir bebidas alcohólicas. Y detalla que corresponde al personal del servicio de admisión "garantizar la prohibición de acceso a los menores".

A partir de ese momento, comienza ya la polémica. Y eso que, en realidad, la prohibición databa ya desde el 2001. Algunos pueblos (los menos) y, sobre todo, los barrios de Zaragoza comienzan a adaptar sus fiestas para cumplir la norma, con una variada casuística, que en el caso de Zaragoza capital se ha valido sobre todo de carpas abiertas en sus laterales.

Es decir, que aunque en la práctica este decreto ha estado vigente ya durante las fiestas de los pueblos y en las de los barrios zaragozanos, que han ideado soluciones más o menos imaginativas, Zaragoza está ahora en el centro del debate por la enorme afluencia de público que acude a estos eventos durante las fiestas y los problemas que se presentan a los organizadores, a los padres y a las propias pandillas de jóvenes en las que se mezclan mayores y menores de edad.

MODELOS POR ZONAS

Como experiencia previa, el área de Distritos instó a los alcaldes de los barrios rurales y a los presidentes de las juntas de distrito de Zaragoza al cumplimiento estricto de la ley, pero dejándoles libertad para que se escogiese el modelo a seguir en cada zona. En muchos casos, las carpas han supuesto un salvavidas para los actos festivos de los barrios. Como la que actualmente está instalada en el parque Delicias, donde el pasado viernes comenzaron las fiestas o, en su día, en el Arrabal.

En barrios donde tradicionalmente los conciertos se celebraban en pabellones, la solución mayoritaria ha sido "sacar fuera los bares", como detalla la teniente de alcalde de Participación y Régimen Interior, Lola Ranera, normalmente con una carpa con los laterales abiertos, que se considera espacio al aire libre y, por lo tanto, no está sujeta a la prohibición. Como en Movera, Garrapinillos, Casetas y Monzalbarba y Juslibol.

Con Zaragoza, llega la madre del cordero. Y, mientras los adjudicatarios del párking norte, ya han decidido adaptar su espacio, está por ver lo que sucederá con Interpeñas o con la carpa del Ternasco, también abierta por sus laterales y de entrada libre. Previsiblemente se salvará de la prohibición.