Las jotas dejaron de oírse por unas horas en las calles del centro de Zaragoza aunque los trajes regionales continuaron viéndose. El Rosario de Cristal llenó de devoción, fervor y sobre todo luz la ciudad con mucha fuerza, puesto que el año pasado el recorrido religioso tuvo que ser cancelado debido a la lluvia, por lo que entre el público hubo un comentario unánime: «Tenemos ganas de ver pasar las carrozas».

Con una puntualidad rigurosa, a las 18.30 en punto, la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús abrió su puerta grande y comenzó el desfile de uno de los actos más solemnes de las fiestas. La Real Cofradía del Santísimo Rosario de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza fue la encargada de encabezar esta comitiva portando una imagen muy especial. El Rosario de Cristal iluminó por primera vez el farol de Santo Domingo Guzmán, que hasta ahora únicamente salía en una peana. El debut estaba previsto para el año pasado pero, al suspenderse el desfile, hubo que esperar hasta la tarde de ayer. El presidente de la Real Cofradía del Santísimo Rosario de Nuestra Señora del Pilar, Jesús Aladrén, afirmó sentirse «muy contento» con la salida del nuevo farol puesto que «el pobre ha tenido que esperar un año». Además, añadió que la tarde de ayer era «estupenda para la celebración del Rosario» y destacó la respuesta por parte de los participantes. Aunque dijo que era «muy complicado» dar un número exacto de personas que iban a salir, resaltó que la cantidad de agrupaciones había subido: «Quizá el hecho de ser puente, ha animado a más gente», apuntaba.

De hecho, el Rosario de Cristal contó ayer con la participación de tres nuevos grupos. La Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Jesús de la Humildad de Zaragoza hizo por primera vez el Rosario de Cristal con el Tercer Misterio Doloroso, La Cofradía de las Siete Palabras del Santo Cristo de El Frago participó con el Cuarto Misterio Doloroso durante la tarde. Finalmente, la Hermandad de Santa María del Alcázar de Toledo, llegaron desde la ciudad manchega para portar la reprentación del mismo alcázar.

Con la llegada de la noche, las 31 carrozas que ayer desfilaron por las calles del cenro de Zaragoza lucieron con todo su esplendor. Miles de personas salieron a la calle para admirar las trabajadas imágenes de cristal. «El año pasado fue una pena no poder verlo, así que esta vez no podía perdérmelo, es muy emocionante», decía una zaragozana del barrio de San José, mientras admiraba el paso del farol de la Asunción de la Virgen .

Las luces de las carrozas, las llamas de las velas (reales y eléctricas), los faroles. los rezos y los cantos del Ave María llenaron de emoción a los asistentes y participantes. Algunos dejaron escapar lágrimas de emoción y otros irrumpieron en aplausos cuando pasó el cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza, portando el Quinto Misterio Glorioso. La reproducción de la basílica del Pilar o la carroza de La Hispanidad también dejaron boquiabiertos al público.

Los pasos iban escoltados por decenas de ciudadanos organizados en grupos. Así parroquias, cofradías, colegios, casas de las comunidades autónomas, asociaciones y pueblos llegados desde todos los puntos de Aragón no faltaron a la cita.

A pesar de la solemnidad del acto, las anécdotas inesperadas estuvieron presentes. Participantes que buscaban a última hora un mechero entre los asistentes para encender sus velas, faroles que se apagaban e incluso algún participante consultaba el teléfono móvil entre padrenuestros. Los vecinos de las calles de San Vicente de Paúl sacaron las sillas a las terrazas de sus casas para ver marchar a la comitiva, que siguió su camino en un recorrido circular que acabó de nuevo en la iglesia Sagrado Corazón de Jesús.

El Rosario de Cristal también es una tradición heredada y ayer, muchos niños (bebés en carritos incluidos) salieron a la calle, vela en mano. Decenas de adolescentes portaban faroles y la Organización Juvenil Española fue la encargada de portar el Tercer Misterio Gozoso.