El prestigioso cantador de jota Nacho del Río ofrecerá hoy junto con su pareja habitual, Beatriz Bernad, y su pupilo Javier Badules, un recital en el patio del edificio Paraninfo.

—¿Qué vamos a poder escuchar en este nuevo recital?

Una breve antología de la jota aragonesa pura, empezaremos por un primer bloque de tonadas puras, un segundo también de tonadas puras pero con especial disposición a la exhibición de la voz, y un tercero de jotas muy populares no ortodoxamente aragonesas pero que se han adoptado como propias.

—Además vuelve a colaborar con su acompañante habitual, Beatriz Bernad.

—Llevamos trabajando juntos desde 2005, y para este acto en concreto se precisó la presencia de los dos. Es una alegría poder compartir este escenario con Beatriz, somos grandes amigos, Hemos trabajado tantas veces juntos que tenemos una gran química.

—También contará con el maestro Javier Badules al cargo de la Rondalla Aragonesa, una persona con la que también había trabajado anteriormente.

—Javier es un grandísimo músico, ha dirigido muchísimas rondallas en la provincia de Huesca. Él es además discípulo mío de canto y recientemente ha ganado el Campeonato Aragonés de Jota de 2017. Es un año muy importante para los dos.

—Recientemente estreno ‘La Jota Sinfónica II’ con la Orquesta Sinfónica Goya ¿Las vacaciones no entran en sus planes?

—La verdad es que llevo dos meses un poco apurado (ríe), después de esta cita tendré un pequeño periodo de vacaciones hasta finales de octubre, cuando volveré a embarcarme en diferentes proyectos. Han sido dos meses muy duros pero muy satisfactorios, lo que sentí durante la inauguración de La Jota Sinfonica II no lo olvidaré jamás.

—¿Hay suficiente jota en las fiestas de este año?

—Más que cantidad, que hay mucha, creo que lo que se debe buscar es la calidad. Deben existir todos los tipos de jota, desde la académica, a la popular hasta la contemporánea. Yo personalmente siempre he defendido la jota con mayúsculas, y creo que en la Plaza del Pilar solo debería de haber hueco para los mejores. Todos jugamos al futbol pero no todos jugamos en el Santiago Bernabéu.