Diego Escolano y Carolina Ibor, autores del libro Música y litaratura populares en la sierra del Maestrazgo Turolense. Primera mitad del siglo XX . La edición del libro ha sido posible, en parte, gracias al Centro de Estudios sobre la Cultura Popular. Pero sobre todo se debe a los ocho años que ha durado la investigación de Escolano e Ibor. El trabajo de campo se ha materializado en varias publicaciones, entre ellas el libro al que nos referimos y un doble cedé.

Los dos investigadores fueron capaces de convencer a nueve grupos no profesionales para que actuasen en las Fiestas del Pilar. El espectáculo "Tradición musical en el Maestrazgo" se celebró en el escenario de la "Denominación de Origen", junto a la Fuente de la Hispanidad de la Plaza del Pilar, ayer por la tarde. Se trataba de un acto folclórico distinto a los que está acostumbrado el público aragonés, ya que los grupos no aprendieron las danzas en academias, sino que bailan al modo tradicional del Maestrazgo, transmitido de generación en generación. Sobre el escenario pudieron verse dos tipos de bailadores. Los más jóvenes, herederos del dance de sus abuelos porque no quieren que se pierda la tradición cultural de sus pueblos. Luego están los mayores, que han seguido bailando por diversión aquellas danzas que han mamado desde niños.

Si las artes son un reflejo del entorno sociocultural en el que han sido creadas, también lo son estas danzas y su uso lúdico. La agreste geografía y la demografía escasa de la provincia de Teruel han propiciado que, a lo largo de los años, la forma de vida en el Maestrazgo se haya desarrollado en masías muy aisladas entre sí y que, en ocasiones, distan horas de camino hasta el centro de los pueblos. En las grandes ocasiones festivas, como el Carnaval o la matanza del cerdo, los habitantes de la región se juntaban en las masías. Con ocasión de estas festividades se hacían bromas, se interpretaban sainetes y también se bailaban pasodobles, corridos y jotas.

Carolina Ibor y Diego Escolano han recopilado estas tradiciones y han conseguido llevarlas a escena. La actuación, de hora y media de duración, estuvo compuesta por nueve piezas que fueron interpretadas por habitantes de pueblos del Maestrazgo como La Iglesuela del Cid, Miravete de la Sierra o Cantavieja, entre otros. Algunas de las piezas que se interpretaron son Reinao de Villarluengo, Danza de Gitanas y Pastoras de La Iglesuela del Cid o Albadas de Villarluengo .

Pulino Gargallo es un veterano bailador de Mosqueruela, que participa esta tarde. De joven no era muy aficionado a la jota. Comenzó a interesarse cuando se jubiló, a los 58 años. Ahora, a la edad de 75, es todo un experto, aunque lamenta: "ya no puedo hacer algunas cosas como golpear un talón contra el otro en el aire, pero bailo la jota como se bailaba de verdad en el Maestrazgo". Su grupo está compuesto por cinco parejas y actúan vestidos de calle. "Preferimos no vestirnos de nada raro", así que salen al escenario sin artificios, tal y como bailan por diversión en el pueblo.