Zaragoza seguirá en vilo, al menos, durante una semana más pendiente del devenir de la huelga del tranvía que amenaza con alterar las fiestas del Pilar. El Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) ha citado a la empresa de Los Tranvías y los trabajadores el próximo viernes por lo que, salvo negociaciones internas, las conversaciones no comenzarán hasta entonces, a siete días de que comiencen los paros -serán del 5 al 13, salvo el 12 de octubre, de 11 a 14.30 horas y de 18.30 a 22.00 horas- y con un fin de semana por delante.

El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) se mantendrá al margen de la negociación, como ya ha hecho en otras ocasiones. El alcalde, Pedro Santisteve, explicó ayer que deben ser «las instituciones especializadas» las que medien, en referencia al SAMA.

Desde Los Tranvías denunciaron ayer que la convocatoria es «irregular» porque el referendo se hizo sin un censo laboral y sin un control ni supervisión. Para el primer edil la convocatoria de huelga está directamente relacionada con la negociación del convenio que se iniciará en el 2019. «Están planteando su lista de reivindicaciones», apuntó en una huelga que podría considerarse como la antesala de lo que se vivirá el próximo año, el primer capítulo que ha elegido desde el Sindicato Ferroviario para presionar a la empresa, en plenas fiestas a sabiendas de que el Urbos 3 es más que necesario para asumir el volumen de gente que se mueve de un lado a otro de la ciudad. Santisteve, que se mostró confiado en que se alcance una «solución pactada» antes del día 5, adelantó que los servicios mínimos variarán respecto a otras convocatorias para tratar de minimizar su impacto y al tratarse de una «circunstancia excepcional».

Santisteve hizo un llamamiento a la calma y reiteró que se está trabajando en reforzar todos los servicios y, especialmente, en aquellos que afecten al recinto ferial de Valdespartera.

En paralelo, el área de Movilidad y la empresa del autobús urbano, Avanza Zaragoza, siguen ultimando el plan de contingencia. El Gobierno se comprometió a diseñar un protocolo de actuación que permita al servicio de bus suplir el del Urbos 3 en caso de avería o, como en la situación actual, de huelga.

Salvo que se evite la huelga del tranvía, el bus se convertirá en el principal medio de transporte durante los días que más población hay en la ciudad.