Quién te ha visto y quién te ve, Mann Filter. Parece mentira, una ilusión óptica, pero el espejismo es real. Tan impactante como los 45 puntos de diferencia que endosó ayer al Cadí. Una paliza tan abrumadora como el crecimiento a paso de gigante que ha experimentado este equipo en tan poco tiempo. Y suena a chiste de mal gusto, sin ninguna gracia, que el Mann Filter no esté en una semana jugándose la Copa en Mallorca, siendo ya el cuarto en la Liga, pero al día que se repartían los billetes llegó con retraso.

Pero eso debe enterrarse ya en el pozo del olvido. Ni se puede remediar ni el Mann Filter está para comerse el coco con culpas que cicatrizarán pronto si todo sigue así. El futuro, el 2004 que ahora nace, amanece próspero para las chicas de Corral. Ayer se pegaron un atracón considerable de baloncesto de alta cocina ante un comensal estupefacto. El Mann Filter ha salido del coma con un espíritu de ganador nato e instinto asesino. La cuarta victoria seguida evidenció estas ansias de demostrar todo su potencial y le alzan al cuarto puesto, más propio de su caché. La intensidad del equipo fue de sobresaliente durante 40 minutos, fuera quien fuera quien estuviera en pista. Una apisonadora.

SENCILLEZ En la otra trinchera quedaron pocos supervivientes. El Cadí se agazapó indefenso ante un Mann Filter sin piedad. La incertidumbre sobre la identidad del ganador duró cinco minutos, lo que le costó al Mann Filter asentarse sobre el parqué. En ataque estático o al contragolpe, con una defensa asfixiante y sin descanso, por no hablar de la devastadora diferencia en el rebote (47 por 29), las zaragozanas desperazaron a su rival como si fuera un muñeco de trapo, sin alma, entre las zarpas de un león indomable.

El Mann Filter es la definición pura de equipo (5 jugadoras anotaron más de 10 puntos), donde nadie falló. Nolan fue imparable, Luci se adueñó de la zona con la ayuda de Zurro y Wyckoff, Begoña atinó en una dirección solidaria... y hasta las no habituales tuvieron su protagonismo, sobresaliendo Seco con 7 asistencias. La sinfonía de baloncesto sencillo pero virtuoso invita a la reflexión. La directiva acertó de pleno con la continuidad de Corral. El Mann Filter necesitaba reposo, asentarse como grupo. Un equipo que ahora mismo es una apisonadora.