La próxima vez que vayan a ver al Mann Filter, por su bien, revisen antes la clasificación. Si comprueban que el nombre del rival de turno se difumina al fondo de la lista inviten a la cita a un amigo que cuente buenos chistes, porque sino correrán el riesgo de quedar apresados por la modorra. Porque partidos como el de ayer tienen poco sentido a menos de que le hayan recetado a uno una cura de sueño. Fue un choque sin competencia, carente de intriga y que alcanzó el calificativo de masacre. El desnivel de calidad entre Mann Filter y Arranz Acinas resultó mareante y se clarificó en un duelo desigual y de una sola dirección, una contundente victoria local (86-48). El séptimo triunfo en ocho jornadas, con la única laguna del Ros, que empata a las zaragozanas con el tercer puesto.

El Mann Filter despedazó a un Burgos que apesta a descenso, una dura sentencia demostrada por un detalle sangrante. Sus dos extranjeras, fichadas como apagafuegos de urgencias, harían un mejor papel en el Club de la Comedia que sobre una pista de básquet. La killer Brown metió su primera canasta en juego en el último cuarto y no se explica como Dosty puede estar en la WNBA con una mecánica de tiro tan desesperante (4/15).

ACTITUD EJEMPLAR Al Mann Filter no le importó tener enfrente a un muerto viviente y le acribilló sin compasión. Estuvo hiperactivo desde el pitido inicial y mostró una actitud ejemplar. Tras un tanteo mentiroso (7-6, min. 5), las zaragozanas se alejaron hacia el triunfo con un juego sencillo pero contundente. Se valieron del monólogo en el rebote (54-35) y el desatino del Burgos en ataque (26% final) para largarse con toda tranquilidad (42-27 al descanso). En medio de la avalancha, Nolan regaló un par de jugadas de póster, entre ellas varias suspensiones académicas y una excelente penetración con rectificado en el aire incluido. Como Jordan.

La segunda parte fue un trámite. Corral dio minutos a las no habituales --destacó Riverés con 9 puntos-- y el equipo amplió el resultado con la idea de engordar el basquetaverage ante un futuro desempate. Y es que fue tan fácil que el técnico hasta guardó para otras batallas peores a Valero, tocada en una rodilla.