Fernando Alonso, un piloto que quiere conquistar el título del mundo con Ferrari en su quinta temporada, al igual que hiciera el campeonísimo alemán Michael Schumacher, no se ha mostrado muy feliz ni sonriente al término del primer gran premio de la temporada. Alonso expresó "cierto sabor agridulce" a este primer resultado, el mismo quinto puesto en carrera que en parrilla, "ya que si contamos que tenemos 10 puntos más que Sebastian Vettel o Lewis Hamilton, dos de los claros favoritos a la lucha final, podemos darlo por bueno pero es evidente que acabar a 35 segundos del vencedor no es para estar ni satisfecho ni muy contento".

Correcta fiabilidad de los Ferrari

Alonso sí elogió el buen comportamiento del coche "ya que los dos, tanto yo como Kimi (Raikkonen), hemos podido acabar la carrera, no todas las escuderias pueden decir lo mismo con sus dos coches", pero dijo que había sufrido "muchísimos problemas" en las primeras vueltas, cuando no tenía ayuda eléctrica y cuando "me he pasado quince vueltas apretando botones en las rectas y desconectándolos en las curvas, lo que hacía muy complicado el pilotaje".

El bicampeón asturiano insinuó que los Mercedes y también los monoplazas que equipan sus motores "parecen de otra categoría, ya que cada vez que te emparejabas a ellos o te ponías detrás de ellos eran absolutamente inalcanzables". "He tenido suerte de que el equipo me ha metido a tiempo en el segundo cambio de neumáticos y he podido superar a Nico (Hulkenberg) en esa parada, pues seguro que en pista no hubiese podido con el motor Mercedes de su Force India".

Sin problemas de consumo

Alonso reconoció que "lo que hemos hecho es lo único que se podía hacer, acabar quinto es lo máximo a lo que podíamos llegar, es lo que hay y habrá que seguir trabajando duro para mejorar, pues ahora sí conocemos la potencia real de nuestro coches, el poder de los Mercedes y donde estamos, más o menos cada uno".

Sobre el peligro de quedarse sin gasolina, el piloto de Ferrari reconoció que la primera salida frustrada, que restó una vuelta menos al total de giros, y la aparición del coche de seguridad tras el accidente del brasileño Felipe Massa y el japonés Kamui Kobayashi "nos permitió ahorrar el suficiente combustible como para no sufrir al final, cosa que, tal vez, no se repita en las siguientes carreras".