El dueño de los derechos comerciales de la fórmula 1, Bernie Ecclestone, se sentará en el banquillo a finales de abril acusado de corrupción. Así lo ha anunciado este jueves un portavoz del Tribunal de Múnich, que ha aceptado la denuncia presentada por la fiscalía. El empresario británico, de 83 años, deberá defenderse de los cargos de soborno e inducción al fraude en el marco de la venta de la participación que el banco público bávaro BayernLB tenía en los derechos de la F-1.

En el 2006, el banquero Gerhard Gribwoksky recibió el encargo de la entidad, a cuyo consejo de administración pertenecía, de llevar a cabo la operación, en la que trabajó estrechamente con Ecclestonne. El magnate, que deseaba librarse del socio germano, consiguió con la ayuda del directivo que BayernLB firmara un acuerdo con el inversor que él quería, la compañía británica CVC. Según la acusación, Ecclestonne recibió del banco una comisión de 66 millones de euros de los que retornó al banquero unos 44 millones a través de una fundación a nombre de su esposa y vía empresas fantasma en paraísos fiscales.

En el caso será decisivo que se pueda probar que el empresario sabía que Gribkowsky era empleado de un banco público y que, como tal, no podía recibir comisiones. El banquero fue condenado a ocho años de cárcel. En la sentencia, el juez afirmó que Ecclestone había conducido al acusado al delito. Este ha rechazado repetidas veces las acusaciones.