Nada que ver con la trepidante primera carrera del año una semana atrás en este mismo Red Bull Ring; ni rastro de la tremenda jornada de clasificación del sábado en la segunda cita en Austria. El Gran Premio de Estiria rozó el tedio, como casi siempre ocurre cuando Lewis Hamilton arranca desde la pole. El hexacampeón se manejó com suele, sin errores, consistente, impecable, —“hammer time”— para anotarse la victoria número 85, a seis del récord de Michael Schumacher. Max Verstappen nunca pudo con él. El holandés siempre puso el ojo en Valteri Bottas con el segundo Mercedes, que acabó superándole. Una mala parada en boxes estropeó el domingo a Carlos Sainz —noveno y vuelta rápida en carrera—, mientras que la colisión de los Ferrari ha acabado por encender todas las alarmas de crisis en Maranello.

Desaste en Ferrari

El desastre en el que vive Ferrari con un coche un segundo más lento que el del año pasado ni siquiera les da para entrar en la Q-3. Sebastian Vettel se quedó en la Q-2 en la primera carrera y este fin de semana era Charles Leclerc el que se quedaba fuera de los 10 primeros, a lo que unió una penalización de tres puestos por una mala maniobra durante el sábado. Así las cosas, Leclerc arrancaba decimocuarto, cuatro puestos por detrás de Vettel, y los dos se encontraron en la frenada de la primera curva . El monegasco intentó colarse de forma optimista por dentro, y el alemán ni pudo, ni quiso darle espacio. La colisión entre los Ferrari forzó un doble abandono. Terrible. Otro espectáculo lamentable solo tres carreras después del sonrojo por otra colisión entre ambos en el GP de Brasil, el penúltimo gran premio del pasado año.

Hamilton imprimió un ritmo feroz

Valteri Bottas y Alexander Albon no tardaron mucho en dar cuenta de Carlos Sainz con un coche un segundo más rápido por vuelta. La verdadera batalla de Sainz, que arrancaba terrcero tras una magnífica clasificación, llegó a partir de la décima vuelta, con los dos Renault y Racing Point por detrás. Por delante, Lewis Hamilton imprimió un ritmo feroz que Verstappen intentaba seguir sin poder impedir que el hexacampeón se distanciara tres segundos alrededor de la vuelta 20. A Valteri Bottas le costó mucho llegar a la altura de Verstappen, mientras que en la cuarta posición Albon rodaba regularmente a un segundo por vuelta de Verstappen —demasiado entre compañeros de equipo— y sin distanciarse más de dos segundos de Sainz. “Tienes que acercarte más a Max”, le insistían desde el muro de Mercedes a Bottas en las vueltas previas a la parada en boxes, con el fin de entrar en la ventana de un “undercut”: detenerse una vuelta antes y ganar la posición en el cambio de ruedas. No lo logró y no hubo lugar para el undercut porque en Red Bull protegieron a Verstappen con una parada más temprana (V-26).

La queja de Verstappen

“Por qué me habéis parado” se quejó Verstappen por radio, al ver que Mercedes hacía entrar a Hamilton pero no a Bottas. “Para protegerte de un undercut”, le respondieron. La maniobra de Red Bull hizo reaccionar a Mercedes que varió su estrategia con el finlandés: le dejaron en pista diez vueltas más para asegurar la parte final de la carrera. También intentaba protegerse Carlos Sainz con una parada en la vuelta 34, pero la tuerca de la rueda trasera izquierda no acababa de ajustarse. Fue una eternidad, siete segundos de parada, un mundo en un circuito de un minuto por vuelta con todo el pelotón de la zona media agrupado. El madrileño salió entre el tráfico de Haas, Toro Rosso… y con la posición perdida frente a los dos Racing Point y el Renault de Daniel Ricciardo: de quinto a octavo. La vibración en una rueda y algunos problemas con la batería martirizaron al madrileño en la segunda mitad del gran premio.y el equipo le pidió dejar pasar a su compañero Lando Norris. El inglés justificó la decisión en una lucha final contra Ricciardo, Pérez y Stroll, para auparse la quinta posición

Lucha entre Bottas y Verstappen

La carrera es estabilizó hasta el tedio con una única lucha interesante a la vista, la que podían deparar Verstappen y Bottas si el finlandés atrapaba al holandés con unos neumáticos más frescos, con diez giros menos que los del holandés. Le cogió a seis vueltas del final y le pasó, pero “Mad Max”, con menos neumáticos, le volvió a pasar y vendió cara su piel, al menos una vuelta más, sin poder evitar otro doblete de Mercedes. Solo le quedaba parar a cambiar ruedas —disponía de un gran colchón de ventaja sobre el cuarto, su compañero Albon— y lo intentó pero ni con todo un Red Bull mejoró el tiempo marcado por Carlos Sainz dos giros antes, con sus mismas intenciones.