Se bajó del coche y señaló la pegatina sobre su Ferrari, Corriendo por Tonio, en memoria de su amigo Anthoine Hubert, fallecido el día antes en la carrera de F-2. Charles Leclerc hubiera elegido cualquier otro día para firmar su primera victoria en Fórmula 1. «Ganar en F-1 ha sido mi sueño desde que era niño y lo he cumplido, pero ha sido un fin de semana muy duro. He perdido un amigo, crecimos juntos, Mi primera carrera fue junto a él. No puedo disfrutar esta victoria pero sí puedo dedicársela», explicó emocionado. Es también la primera victoria de Ferrari esta temporada, la mejor forma de presentarse en sociedad la próxima semana en Monza, en el Gran Premio de Italia.

Fue un gran premio extraño, quizá por el luto por Hubert. La carrera, además, perdió al principal animador del campeonato en la primera curva. Max Verstappen salió mal, se quedó patinando y abordó el vértice de la primera curva justo por detrás de Kimi Raikkonen, que le estranguló contra el interior.

Leclerc dominaba por delante de Vettel, Hamilton y Bottas. Las flechas plateadas amagaron entonces una temprana parada en box y Ferrari aceptó el señuelo enviando a Vettel al garaje. Hamilton y Leclerc lo hicieron seis vueltas después, y Bottas, una más tarde. Así que los cambios de ruedas dejaron a Vettel en cabeza, seguido de Leclerc, Hamilton y Bottas. Pero el monegasco atrapó rápido a su compañero, y en Ferrari ordenaron a Vettel facilitar el adelantamiento porque los Mercedes volaban por detrás.

«Nos van a pasar por encima», advirtió el alemán. Se protegió de la primera dentellada en la Parada del Bus, pero nada pudo hacer en la frenada de Les Combes. Hamilton le pasó.

El monegasco se dedicó a mantener la ventaja y Hamilton empleó cinco vueltas en enfriar sus gomas antes de lanzarse al ataque. Los neumáticos del Ferrari comenzaron a desfallecer a falta de tres vueltas, pero el accidente de Giovinazzi en Puhon desactivó la lucha. En cuanto a Carlos Sainz, tuvo que abandonar en la primera vuelta con problemas de motor sin poder hacer nada.