Ha alcanzado la madurez, su plenitud como piloto. A su velocidad, la que ha disfrutado siempre, desde su debut en Fórmula 1 con 18 años recién cumplidos, ha ido añadiendo consistencia y mucha inteligencia. Max Verstappen es ahora el piloto que Red Bull vio en él desde el karting, para llevarle a la F-1 con apenas media temporada de monoplazas y acné en su rostro. Después de vencer en dos de las tres últimas carreras, el holandés se encamina hacia la tercera consecutiva (suma siete en F-1) después de atrapar la pole en el ratonero circuito de Hungaroring, la primera en F-1 en su quinto año en el Gran Circo.

PENDIENTE DE LOS MERCEDES / Los Mercedes fueron los verdaderos enemigos de Verstappen en la búsqueda de su primera pole. Valteri Bottas, que se ha destapado este año con cuatro mejores cronos en la la clasificación, se quedó a solo 18 milésimas, mientras que Lewis Hamilton, no pareció encontrar las mejores sensaciones, y se quedó a dos décimas de su compañero. «El coche ha ido bien y en clasificación ha sido increíble», dijo Verstappen.

Carlos Sainz se clasificó en octava posición, a unas milésimas de su compañero Lando Norris, en un muy buen rendimiento de los McLaren. «Hemos empezado con problemas de equilibrio en el coche, y mucho tráfico en la Q-1 que nos ha obligado a colocar dos sets, peor hemos ido mejorando. El resultado es muy bueno en un circuito donde pensábamos que íbamos a ir peor», explicó el madrileño. La carrera dará comienzo a las 15.10 en el circuito de Hungaroring.