Un año después del grave accidente de esquí que sufrió en los Alpes franceses, Michael Schumacher sigue sin poder hablar, pero se comunica con los ojos con su mujer y sus hijos y ha empezado a reconocer a sus familiares, según ha declarado el expiloto Christian Streiffse al canal de televisión BFM TV.

Streiffse, que asegura haber obtenido esta informaciones del médico Gérard Saillant y también que está en contacto con la esposa de Schumacher, Corinna, precisa en otra entrevista con el diario 'Le Parisien' que el siete veces campeón del mundo de F-1 "va mejor, pero tiene grandes problemas de memoria". "Las secuelas son muy duras", añade.

Schumacher estuvo hospitalizado durante más de ocho meses tras el siniestro sufrido el 29 de diciembre del 2013 en la estación de esquí de Méribel que le causó graves lesiones craneales. Desde comienzos de septiembre se encuentra en su casa de Gland en Suiza y ha habido pocas noticias sobre la evolución de su estado de salud.

EN PRIMERA PERSONA

Streiff, que es tetrapléjico a causa de un accidente con su bólido en 1989, comentó que ese traslado se justifica en parte para que pueda "tratar de recuperar la memoria mucho más rápido en un entorno familiar". Preguntado sobre si podrá recuperar la motricidad, indicó que "por ahora, es muy limitada".

"El paso de la cama a la silla de ruedas ya es muy difícil. El cuerpo tiene que reacostumbrarse a la posición sentada. A mí me costó más de un año. Michael empieza a trabajar en eso", detalla. "A largo plazo y en un escenario ideal, podrá esperar un día caminar con muletas porque su médula espinal no ha resultado dañada. Pero no se puede decir nada, ni prever. Sobre el uso de la voz, mucho dependerá de la reeducación. Cada caso es particular", concluye.