Pocas actrices del fantasioso mundo de Hollywood pueden decir que cuentan con un Oscar, un Bafta, un Globo de Oro y un premio del Sindicato de Actores entre sus posesiones. Sí lo puede hacer Renée Zellweger, que el pasado miércoles cumplió sus bien llevados 50 años, de los cuales ha dedicado más de la mitad a la interpretación para la pantalla plateada. Con el próximo estreno, el 24 de mayo, de Dilema, la primera serie de la plataforma Netflix que protagoniza, Zellweger pone rumbo hacia nuevos horizontes después de pasar por el meridiano de una vida en la que destacan sus cuatro coronas.

Pero si se habla de Renée, se habla de Bridget. Su papelón de la mujer frustrada atrapada en un vaivén amoroso entre Colin Firth y Hugh Grant, que ha interpretado en tres ocasiones, mantiene a Zellweger en la memoria de muchas mujeres que se identificaron con ella. Para esa película, que le valió numerosas nominaciones pero ningún premio (el Globo de Oro lo ganó por la comedia Persiguiendo a Betty), la actriz no tuvo problema en ganar peso y apropiarse de un acento británico.

Con el reconocimiento de la crítica y las productoras en su maleta, Zellweger se hizo paso en Hollywood con sus roles en Chicago (2002) y Cold Mountain (2003). ¿El resultado? Ese Globo de Oro y un premio del Sindicato de actores por el primero y un Oscar y un Bafta (además de los otros dos ya mencionados) por el segundo. Cuatro prestigiosos premios del cine distintos ganados del tirón, pero nada, la que Bridget fue, Bridget se queda.

Pasados hoy los seis años de exilio autoimpuesto del mundo del cine, Zellweger cruza las piernas a lo Sharon Stone con su nuevo papel, enigmático y seductor, para Dilema, de Netflix.

«Puede que luzca diferente. ¿Quién no lo hace cuando envejece?», decía Zellweger en el 2014 en respuesta a los comentarios que la señalaban por someterse a la cirugía estética. Más de uno consideraba por aquel entonces que la actriz estaba irreconocible y, ahora, en el 2019, vuelve a levantar miradas con su look en Dilema, pero poco le debe importar a una de las favoritas de Carolina Herrera. La futura reina de los cuatro premios llegó al mundo en Katy (Tejas) en 1969, nacida de un padre suizo y una madre noruega. Sobre sus primeros años poco se sabe, aunque la propia Zellweger ha dejado caer en alguna ocasión que se crió en «una familia de vagos católicos y episcopales».

En su época de estudiante en el instituto local jugó al fútbol, baloncesto, béisbol y fútbol americano. También fue animadora, gimnasta y, cómo no, miembro del club de teatro. Sin embargo, su implicación en el cine a nivel profesional llegó más tarde, en sus años de universitaria, cuando consiguió su carnet del gremio de actores. En 1992 participó en sus dos primeras películas, Movida del 76 y ¡Qué muerto mi novio!. En cuanto al amor, tras romances con Jim Carrey, Jack White y Bradley Cooper, comparte su vida desde el 2012 con el músico Doyle Bramhall.