Quedas advertido: tendrás que salir corriendo de esta tienda sin mirar atrás con el mismo histerismo que una rubia en una peli de 'Scream'. Aquí tienen todo eso que no te hace falta para nada pero que necesitas con urgencia enfermiza. Un espray bucal con el que echarse siestas instantáneas. Un ambientador para eliminar el olor a patriarcado. Un libro que explica cómo enseñarle a tu gato a usar armas y a ser un buen cristiano. Eso es un T-Rex hinchable? Es "la primera tienda del mundo especializada en humor", anuncia su web. La Llama (Villarroel, 34) es una librería-galería con efecto gag. Detrás están Abigail L. Enrech y Kike García, la mitad del diario satírico 'El Mundo Today'.

Lo mismo te venden un cojín de pedos que un libro con caricaturas de Mahoma (eso pone en el título, por dentro está en blanco). Hace un año que es el centro neurálgico de la risa en todos sus formatos: arte, libros, chistes. Humor negro, blanco, neurótico, satírico. Hemos pedido consejo a estos expertos de la broma para sobrevivir al Día de los Inocentes con la cabeza alta. Este es su ránking de inocentadas infalibles.

1. Babosas de bolsillo

Versión viscosa de la mosca de plástico que se pone en la sopa. No deja de ser otra inocentada clásica: "Ese falso bicho que los niños dejan tirados por ahí para que los adultos chillen". Puedes seguir tirando de arañas o pasarte a estas babosas (9,45 ) como recomiendan los expertos. Por qué? El acabado es súper realista. Dan grima hasta de cerca.

2. 'Kit' escatológico

"Es una caca de plástico (2 ), no tiene más. Así de sencillo y así de efectivo". Es uno de los hits de La Llama. "Si tú compras esta caca y la pones en el baño de la oficina -proponen-, habrá al menos unos minutos de hilarante incertidumbre". Para dar una vuelta de tuerca al humor escatológico, tienen el desinfectante de manos de la foto (6,50 ). En la etiqueta desvela por qué necesitas usarlo: 'Mi trabajo me da diarrea'. Tienen otro modelo: Quizá tocaste tus genitales. "Lo podrías usar después de darle la mano a alguien en el trabajo", te recomiendan en la tienda.

3. Píllate un buen pedo

"Hay que ser muy estirado para no reírse con un cojín de pedos", te garantizan en La Llama. Y tienen razón. Te sientas encima, suena el pedo y te sale automáticamente la risa floja. Como cuando el PP habla de honradez. Es un objeto icónico de la comedia, te justifican la carcajada infalible. El cojín de la foto cuesta 5 , aunque tienen edición de llavero (2 ) y uno manual (3,20 ) que hay que inflar tras cada uso. "No es tan bonito ni tan práctico, pero es el que mejor suena". Sí, terminarás debatiendo sobre pedos con pasión de tertuliano.

4. Clásicos imbatibles

Las típicas bromas de hace 50 años. Aún se venden -apuntan los dueños de La Llama-, eso significa que siguen siendo efectivas. Ahí están los dientes de monstruo (1,10 ): "Funcionan sobre todo a nivel de selfi -recomiendan Kike y Abi- para mandar por Whatsapp". Para inocentadas in situ están las placas de cristales rotos (4,50 ). Si las tiras al suelo en la tienda, Abi te sonreirá desde el mostrador con mirada asesina. "El sonido es irritante -le da la razón Kike- y como broma es efectiva. Hasta qué punto hace gracia está ya por discutir".

5. Deja que te echen una mano

Es el 'hit' de La Llama desde que la tienda abrió hace un año: manos diminutas que se ajustan en los dedos (4 , el par). Sirven para aplaudir sarcásticamente -indica la etiqueta-, dar palmaditas en la espalda cuando alguien merezca ser felicitado solo un poco y hacer fotos junto a los genitales para impresionar. Acaba de llegar una nueva versión de colorines. Incluso hay unas aún más pequeñas para ajustar en los dedos de las manos diminutas. Cuidado: son adictivas.

6. Libros-broma

Dirías que es una Biblia. Esa cubierta sobria, ese deje dorado. Hasta que la abres y lees "bla blabla blablaba bla". Así todo el libro. Es una versión del 'Génesis' en la que cada sílaba ha sido sustituida por un bla. No es palabrería: está hecho con exactitud milimétrica. El mismo autor (Gabriel Mejía Abad) y la misma editorial (Belleza Infinita) tienen otra versión-chiste de 'Sobre el Estado', de Lenin. Es igual que la edición de los 70, pero han cambiado la palabra "estado" por "amor". Cuestan 11 ('Blablabla') y 8 ('Sobre el amor').