Cada generación tiene su enfermedad, y la de los millenials -aquellos nacidos a principos de la década de los 80 y mediados de los 90- es la obesidad: siete de cada diez millennials tendrán sobrepeso o serán obesos entre los 35 y 44 años de edad (en cinco o seis años, aproximadamente), de acuerdo a las estadísticas del Cancer Research UK (Instituto de Investigación contra el Cáncer del Reino Unido).

En comparación, solo la mitad de los baby boomers -los nacidos entre 1945 y 1955- tenían un peso excesivo a la misma edad. La cosa va a mayores, puesto que los expertos advierten de que este aumento excesivo de peso aumenta de forma significativa el riesgo de desarrollar cáncer.

De acuerdo con el citado estudio, la obesidad es la segunda causa de muerte evitable del mundo, después del tabaco. Alison Cox, directora de prevención del instituto Cancer Research, asegura que sería bueno que "la gente fuera más consciente del riesgo que [la obesidad y el sobrepeso] suponen, no solo para los millenials, sino para todos en general".

Causas

En una campaña que se lanza esta semana, la Cancer Research pretende de aclarar los riesgos al público en general.

Los expertos advierten de que las causas que provocan este aumento de la obesidad y el sobrepeso son un estilo de vida poco saludable -el sedentarismo y la falta de ejercicio- pero, sobre todo, la mala alimentación.

La experta en prevención de cáncer, Linda Bauld, ha explicado que "la grasa corporal extra no solo se asienta en una parte del cuerpo, sino que envía mensajes alrededor de él que pueden causar daño a las células. Este daño puede acumularse con el tiempo y aumentar el riesgo de cáncer de la misma manera que el daño por fumar".

Comida basura y grasas saturadas

Es por ello que en la campaña se incide en la necesidad de prohibir los anuncios de comida basura antes de las 9 de la noche e incorporar, por su parte, anuncios que hablen del riesgo del sobrepeso y la obesidad y la necesidad de promover alimentos saludables.

Sin embargo, el enemigo a batir es el bajo precio de las bebidas con alto contenido en azúcar y los alimentos ricos en grasas hidrogenadas y saturadas. Desde el instituto británico contra el cáncer sostienen que estas sustancias deberían tener un impuesto especial, tipo el que grava los cigarrillos.