Alaska es fan de las Barbies desde que jugaba con ellas de niña en su México natal cuando ni la cantante ni las célebres muñecas habían llegado aún a España. Luego se dedicó a coleccionarlas y continuó alimentando con pasión su devoción hacia una marca que, dice, más que un juguete es «un icono pop». Por eso, la artista no podía disimular ayer en Madrid su cara de satisfacción al presentar la Barbie que Mattel ha creado a su imagen y semejanza.

A su lado, la ingeniera informática Nerea Luis y la deportista paralímpica Desirée Vila posaban junto a los diseños inspirados en sus figuras que la firma juguetera ha lanzado por su 60º cumpleaños y poner en valor la capacidad que tiene la rubia muñeca de los 200 trajes para «ayudar a las niñas a imaginarse a sí mismas en todo tipo perfiles y haciendo todo tipo de trabajos», según Ruth Enríquez, responsable de márketing Mattel.

Alaska no necesitó jugar de niña con la Barbie rockera para visualizarse cantando en un grupo pop. De hecho, su favorita era la veterinaria, que es la profesión que quizás habría acabado teniendo si no se hubieran cruzado en su camino los escenarios. Pero la artista sí cree que debe a sus Barbies el carácter juguetón que más tarde trasladaría a su trabajo. «En la vida, las cosas hay que hacerlas como si jugaras con ellas, solo así puedes atreverte a hacer aquello para lo que no estás preparado, como me pasó a mí con la canción. Mis Barbies me ayudaron a desarrollar ese espíritu», confesó.

Justo es que la artista rindiera a sus muñecas favoritas el homenaje que les brindó al poco de iniciar su carrera musical, y que enseñó en la presentación de su Barbie sacándolo de su bolso como si se dispusiera a mostrar el tesoro más valioso del mundo: la carátula del primer disco de Alaska y los Pegamoides, de 1980, en cuyo reverso aparece ella posando junto a su colección de Barbies traídas de México.

Si una Barbie sirve para evocar y hacer pensar, aparte de para jugar, esta colección de aniversario lanza un mensaje inclusivo a las niñas de hoy. Así lo interpreta la atleta paralímpica Desirée Vila, antigua gimnasta acrobática a quien una negligencia médica le costó una pierna a los 16 años, obligándola a cambiar de deporte. Al principio se resistía a mirarse en el espejo, hasta que decidió hacer de la debilidad virtud y ahora luce orgullosa su prótesis dorada con brilli-brilli. Así es la muñeca que le rinde homenaje. «Una Barbie con una pierna articulada ayuda a normalizar la diferencia», opina la atleta. ¿Una muñeca informática hará que en el futuro haya más mujeres tecnológicas? Esto piensa la experta en inteligencia artificial Nerea Luis, de 27 años, quien nunca olvidará la falta de referentes femeninos el día en que decidió hacerse ingeniera. «Al menos esta Barbie servirá para visibilizar que la ciencia y la tecnología también son cosas de chicas», señala. El lema de las nuevas Barbies lo deja claro: «You can be anything».