Tras un largo paréntesis de casi tres décadas, la polifacética Ángeles Caso (Gijón, 1959) ha vuelto este verano a la radio: dirige y presenta a las 19.00 horas en la Cadena SER 'Mujeres con las botas puestas', programa sobre grandes aventuras que se estrenó el pasado 6 de julio y estará en antena hasta el 10 de agosto.

-¿Cómo nace la idea del programa?

-La Cadena SER me pidió una idea para un programa de verano, y pensé que, dada la época del año, hablar de viajeras, del pasado y del presente, podía ser divertido. Se me ocurrió contar las aventuras del pasado a través de un guion radiofónico, con actores, y las del presente a través de una entrevista. Creo que puede funcionar.

-A través de aventureras 'con las botas puestas', ¿busca reivindicar el papel de la mujer en la sociedad actual?

-No tanto eso como reconstruir el discurso historiográfico. Yo soy historiadora de formación, especializada en Historia del Arte, y llevo muchos años trabajando en temas de género, escribiendo y dando cursos y conferencias sobre ese asunto. Creo que tenemos la obligación de volver a contar el pasado depositando la mirada en las mujeres, sobre las cuales la historia tradicional apenas nos ha contado nada o lo ha hecho con enormes prejuicios.

-El programa está ya grabado, por tanto, ¿podría decirme cuáles son los personaje que más le han impactado, del pasado y del presente?

-Me cuesta mucho elegir una. Las del presente me han sorprendido mucho todas ellas. De las del pasado, todas hicieron cosas inauditas en su momento, desde explorar África, como Mary Kingsley, hasta dirigir una expedición marina, como Isabel Barreto. Cosas que solemos creer que las mujeres jamás hicieron. Sus aventuras son extraordinarias y muy divertidas.

-¿Se considera una 'aventurera de la cultura'?

-No lo había pensado nunca… Está claro que, intelectualmente, me interesa el riesgo, no la comodidad. Me gusta aprender continuamente, hacer cosas nuevas, superar los tópicos y las ideas heredadas, investigar y después reflexionar sobre lo que he encontrado… Algo de todo eso tiene que ver con el espíritu de las aventureras, desde luego.

-Este programa me recuerda al libro de Cristina Morató 'Viajeras intrépidas y aventureras'. ¿Coinciden en la selección y el planteamiento?

-Cristina Morató es una de las personas que, desde hace muchos años, me llevaron a descubrir a través de sus libros a estas grandes viajeras. Así que, de alguna manera, ella tiene mucho que ver con este programa, sí. Le estoy muy agradecida por sus revelaciones y la admiro mucho. De hecho, iba a entrevistarla para el programa, pero no pudo ser por razones de agenda.

-Colabora en prensa, radio, televisión e internet. ¿En qué medio se siente más cómoda?

-Donde más cómoda me siento es como escritora, que es mi verdadera vocación. Pero la radio me gusta muchísimo, la verdad. Me parece un medio cálido, cercano, que permite hacer cosas maravillosas. Lo abandoné hace 26 años para dedicarme por completo a la literatura, pero siempre dije que algún día quizá volvería. La Cadena SER me ha dado ahora la oportunidad, y les estoy muy agradecida. Me siento muy a gusto en esa casa, de la que soy oyente habitual. Es un privilegio poder estar un ratito al otro lado. ¡Espero tener todavía algo que aportar!

-Docente, escritora, política, periodista, traductora, emprendedora y feminista. ¿Me dejo algo?

-Yo quitaría lo de emprendedora, la verdad. Y añadiría historiadora, editora y ecologista.

-¿Cuál sería su orden de prioridades profesionales?

-La única jerarquía que tengo es la de hacer siempre cosas que me interesen, que me resulten imprescindibles para sentirme viva, pensante y creativa. Salvo los dos años que trabajé en televisión, me he esforzado siempre por llevar a cabo proyectos en los que de verdad creo. Aquella experiencia me sirvió para aprender a serme fiel a mí misma.

-¿Y qué le queda por hacer?

-¡Espero que muchas cosas! Ideas y proyectos tengo unos cuantos. Pero casi nada depende solo de una misma, así que hay que esperar que la vida sea favorable.

-La sensación de acoso que sufrió hace unos años con Hacienda, ¿ya está superada? ¿Ya ha olvidado su idea de 'exiliarse' a Grecia?

-Mi problema con Hacienda está resuelto hace muchos años. La verdad es que viendo lo que les ha pasado a otras personas, el mío fue pequeñísimo. Los escritores ganamos mucho menos dinero que la gente de la tele, el cine, la música o, no digamos, el fútbol. Y además yo siempre hice las cosas de manera honesta. Quiero decir que nunca facturé a través de una sociedad, porque me parecía poco ético, sino como persona física. Lo que a mí me reclamaron sólo fue la devolución de una parte de mis gastos profesionales. En ese momento, con el ministro Montoro, Hacienda cambió de criterio sobre los autónomos que trabajamos en casa y decidió que no teníamos derecho a desgravarnos una parte del alquiler o hipoteca, de la luz, la calefacción, el teléfono, etc. Como si no tuviéramos gastos de ese tipo, algo completamente injusto. De hecho, ha habido varias sentencias del Supremo que han dado la razón a los autónomos. Yo si hubiera recurrido hubiera ganado. No lo hice porque no estuve bien asesorada. Pero es una etapa totalmente superada, afortunadamente.

-El 16 de julio cumplió 60 años. ¿Significa algo para usted?

-Bueno, supongo que como todo el mundo que llega a esta edad, me siento rara: ¿esa mujer de 60 años soy yo…? Pero, por otro lado, estoy agradecida de haber llegado hasta aquí y de estar bien, en todos los sentidos, y plenamente activa en lo intelectual.