A sus 26 años, y con una larga trayectoria a sus espaldas, Ben Platt es un completo desconocido para el gran público. Ni idea de quién es este chaval de porte de bailarín de claqué, ojos hundidos y nariz prominente que se ha convertido en todo un fenómeno por su papel de Payton Hobart, un megalómano cuya meta es convertirse en presidente de Estados Unidos y que inicia su carrera en un instituto de ricos en el que no faltan los habituales clichés del trío de personajes popular-empollón-marginado.

Payton Hobart es el personaje central de 'The politician', una serie satírica sobre los delirios del poder recién estrenada por Netflix. La firma el prolífico Ryan Murphy, a quien se deben programas televisivos de culto como 'Glee', 'American Horror Story' y 'Pose', que se caracterizan por una aparente frivolidad, pero tienen un trasfondo de denuncia social.

Elenco de lujo

Si 'The politician' no consigue la unanimidad del público (o la aman o la odian), a pesar de contar con un elenco de lujo (Gwyneth Paltrow y Jessica Lange, entre otros), el que sí está cosechando todos los elogios es precisamente Ben Platt. Todo apunta a que será el próximo niño mimado de la meca del cine, donde ha crecido empapándose de este mundillo. Por motivos geográficos, obviamente, y porque su progenitor, Marc Platt, es un productor reputado que ha trabajado en exitazos, con predilección por los musicales de la altura de 'La La Land' o 'El regreso de Mary Poppins'.

Quizá de su padre le viene a Platt júnior el gusto por las artes escénicas, que estudió en la prestigiosa escuela Adderley School de Los Ángeles. Su preparación hace de él un intérprete de formación clásica como pocos quedan entre el 'star system'. Lo mismo canta que actúa (un perfil recurrente en las series de Ryan Murphy) y tanto le chifla la música que acaba de estrenar álbum, 'Sing to me instead', y que algunos ven como un 'coming out'. Pero, por ahora, donde ha demostrado su excelencia es en la interpretación.

De Los Ángeles a Nueva York

Sus inicios se remontan a la infancia cuando debutó con el musical 'The music man'. En la adolescencia, participó en numerosas obras de teatro antes de mudarse a Nueva York en el 2011 para matricularse en Columbia. Pero, abandonó la carrera a las pocas semanas al conseguir el papel de Elder Arnold Cunningham en la obra 'The book of Mormon', que se representó todo un año en Chicago, antes de establecerse en Broadway.

Echó raíces en el barrio neoyorquino de los teatros al interpretar en el 2016 'Dear Evan Hansen', donde dio vida al protagonista. Este papel marcó su consagración como actor, y su currículum se convirtió en un recopilatorio de los premios más prestigiosos del teatro: la crítica calificó su interpretación de histórica, se llevó los premios Obie y Lucille Lortel, y se coronó como el más joven galardonado por la Drama League, que solo se puede ganar una vez en la vida. Por si fuera poco, logró un Tony como mejor actor de musical, un Emmy y un Grammy por la banda sonora. Un triplete que le convirtió a los 23 años en una de las 100 personalidades más influyentes del 2017, según 'Time'.