La comunidad LGTB reunió ayer en Berlín a cientos de miles de personas en torno a la Puerta de Brandeburgo mientras se suscita el debate sobre la relevancia de los ataques homófobos. El desfile berlinés fue una vez más, y ya van 40 años, un evento reivindicativo y festivo que este año motiva entre otros un intercambio de opiniones sobre esos ataques, su frecuencia y visibilidad. «Hay un aumento, el panorama se presenta sombrío», asegura Bastian Finke, responsable de Maneo, un movimiento que lleva 26 años defendiendo a las víctimas.