Hay rostros televisivos que tienen algo. Un nosequé que causa atracción entre el incondicional. Es el caso del televisivo Kiko Matamoros que ayer se convertía en padrino de la reinauguración del Bingo Roma, en Zaragoza, que celebraba su reestreno tras una nueva ampliación, acometida en su tradicional sede de la plaza Roma. El empresario volvía a este espacio, que ya visitó hace algún tiempo, para acompañar a Juan e Irene Tristán, que tomaron hace doce años el relevo al frente del negocio con 32 años de historia en la capital del Ebro. Y también al resto del equipo, encabezado por Raúl Fernández, Eugenio Rodríguez y Óscar Setuain,

«Yo vengo cada vez que me llaman y estoy encantado de volver a esta casa», explicó Kiko Matamoros sobre su vinculación con el lugar. «Más que con la ciudad, yo tengo una relación con el sector, porque fui secretario general técnico de la asociación empresarial y conozco bien el negocio». Preguntado, durante la visita, recordó que en esta ciudad también estuvo un tiempo su hermano Coto, y atendió a la prensa a los muchos curiosos y asistentes a la fiesta que esperaban para hacerse con él una foto en el photocall, para recordar la ocasión. Y hasta despejó dudas sobre su novia, la modelo Marta López Álamo, a la que también se esperaba ayer y que viajó con él a Zaragoza. «Venir, ha venido; pero se ha quedado en el hotel».

El resto fue disfrutar de una noche que se llenó de invitados y buenas viandas, y que contó entre sus asistentes con empresarios, deportistas y gentes del mundo de la moda para brindar por la nueva etapa.