El fútbol es pasión por unos colores, y la capitana del Betis, Irene Guerrero, ha revolucionado las redes sociales con una historia de amor por un club y por sus padres.

En un reportaje de El Día Después, programa de Movistar+, la joven capitana del club sevillano, de apenas 21 años, narra cómo llegó al fútbol, qué esfuerzos tuvo que hacer, qué decisiones tomó... y sobre todo, narra la historia de una maravillosa familia que le acompaña y de un equipo en el que cumple sus sueños.

Como cuenta su madre, Irene empezó a andar de la mano de su perro y un balón. Inseparables desde pequeña, convirtió el fútbol en su modo de vida y la guardería en el primer lugar donde exhibir su camiseta verdiblanca.

"No se os puede olvidar que vuestros padres hacen un esfuerzo grandísimo", dice la propia Irene a niñas de categorías inferiores. Conoce la importancia de éstos en su desarrollo personal y educación, y los pone en valor ante todo.

Empezó a jugar al fútbol a escondidas, hasta que no pudo reprimir su amor por el balón. Y por el Betis. Por eso cuando tuvo una oferta del Sevilla para jugar en Primera y vio que el club de su vida creaba una sección femenina, no se lo pensó. "Mi sueño era el Betis. ¿Cómo va a existir y no formar parte de él? Yo quiero ser historia del Betis, subirlo a Primera. He jugado en el Villamarín y eso no se puede describir".

Lo que más ha emocionado a la gente en las redes es la historia familiar, el apoyo de sus padres, ambos en silla de ruedas. "Mira qué buenas piernas le he dado", bromea su madre. "Siento que corro yo".