George Clooney, de 53 años, y su prometida, la abogada británicolibanesa Amal Alamuddin, de 36, están a punto de casarse. Y probablemente será en su mansión a orillas del lago Como. Mientras los paparazis siguen con la antena puesta frente a la casa del actor en Italia por si de repente le daba por contraer matrimonio allí, la noticia saltó en Londres. El ayuntamiento del lujoso barrio de Chelsea publicó ayer las amonestaciones para casarse, un trámite obligatorio que se realiza en países como Gran Bretaña para que se hagan público los planes de boda por si alguien por ejemplo, quiere, impedirla. Se abre así un periodo para alegaciones que durará 16 días antes de que contraigan matrimonio.

En los papeles, que pidieron a cambio de 35 libras cada uno (42 euros) en la capital británica porque es allí donde está instalada la futura esposa de la estrella, consta que George Timothy Clooney, de profesión «actor y director», y Amal Ramzi Alamuddin, de profesión «barrister (abogada en ejercicio), tienen la «intención de casarse».

El enlace se llevará a cabo en Italia. En julio, los prometidos fueron vistos cenando con sus padres en la zona, lo que activó todas las alarmas. Tal fue el revuelo que el alcalde de la ciudad de Laglio, donde está ubicada la mansión del artista, dictó una orden a finales de julio con la que amenazaba con multar con 500 euros a quien se acerque a menos de 100 metros de su residencia. Señal de que sonaban campanas de boda. ¿Cuándo? Se especula con el 12 de septiembre, fecha en la que se conocieron hace un año.

Clooney ya estuvo casado una vez. Fue entre 1989 y 1993 con la actriz Talia Balsam. No hace mucho, hace solo dos años, el ganador de dos Oscar (por Syriana como actor y por Argo como productor) escribió en la revista Esquire: «No hablo de casarme porque no pienso en ello». Una convicción potente, ya que no se quiso desposar con la actriz y actual mujer de John Travolta, Kelly Preston, la disc jockey Lisa Snowdon, la vigilante de la playa Krista Allen, la camarera Sarah Larsson, la modelo Elisabetta Canalis y la exluchadora profesional Stacey Keibler.

Pues ha sido Alamuddin quien ha cambiado la mentalidad del actor. Se trata de una prestigiosa abogada especializada en derechos humanos y derecho internacional, que habla inglés, francés y árabe, y tiene o ha tenido clientes como Julian Assange -el impulsor de las filtraciones de Wikileaks- y Kofi Annan, cuando fue como enviado de la ONU a Siria. «A nivel intelectual son iguales. Eso es muy importante para él», ha explicado la madre de Clooney, Nina.

Con Alamuddin se dejó ver en público en octubre del año pasado en Londres. Luego aparecieron en la Casa Blanca para asistir a un pase privado de Monuments men. En marzo se fueron de safari a Tanzania y a descansar a las Seychelles. En abril le pidió matrimonio con un anillo enorme que llevaba un diamante tamaño XXL. Y luego estuvieron en Dubái con la familia de ella, formada por intelectuales que huyeron de un Beirut en guerra y se instalaron en Londres. Baria, la futura suegra, coordina la sección de Internacional del diario libanés Al Hayat, que ha entrevistado desde Bill Clinton a Fidel Castro. El suegro, Ramzi, es un profesor retirado de Económicas de la Universidad de Beirut.