Aunque desde el grupo editorial se han apresurado a decir que son solo rumores, en el mundillo de la moda no se comenta estos días otra cosa que el final del reinado de la todopoderosa Anna Wintour al frente de Vogue. La chispa la prendió hace unos días un artículo en la edición digital de Page Six que se hacía una pregunta: Is Anna out of Vogue? (¿Abandona Vogue Anna Wintour?). Según este medio, la mujer que pasea sus gafas negras y su semblante serio vestida más de Chanel que de Prada por los desfiles de moda de mayor relumbrón podría abandonar este verano el cetro que detenta desde 1988. Tiene 68 años.

El momento coincidiría con la boda de su hija, Bee Shaffer, de 30 años, un fiestón que también promete ser de revista. Su benjamina -tiene otro hijo, Charles- se casa en tres meses con Francesco Carrozzini, el hijo de 35 años de Franca Sozzani, durante tres décadas también editora de Vogue Italia y fallecida en el 2016. El número de septiembre de Vogue, el más importante del año por publicidad y contenidos, sería el último que llevaría la rúbrica de Anne Wintour.

YA TIENE SUSTITUTO / También según Page Six, Anna tendría ya incluso sustituto. «Fuentes de toda certeza nos aseguran que el editor de Vogue UK, Edward Enninful, sería el próximo editor de Vogue América. Lo que no está claro es quién podría sustituir a Wintour como la directora artística del grupo Condé Nast, título que consiguió hace cinco años».

La noticia llega mientras el grupo editorial está inmerso en un proceso de cambios profundos. Bajo la supervisión de Wintour como directora artística, Condé Nast ha cerrado las ediciones impresas de Teen Vogue, Self y Details y Style. Y según algunas fuentes, la compañía pierde 100 millones de dólares al año. Su sueldo se estima en casi 4 millones de euros. Los vestidos y los regalos van aparte.

Se comenta incluso que el próximo destino de Anna podría estar fuera de Estados Unidos. Se haría cargo del Consejo Británico de la Moda, en su Inglaterra natal, informaciones que se apoyan en que ocupó en primera fila junto a la reina Isabel II uno de los desfiles de la última Semana de la Moda de Londres y que fue condecorada por la reina como Dama del Imperio Británico.

Anna Wintour es una de las mujeres más poderosas en el sector de la moda. Y aunque por ejemplo su apoyo decidido a la campaña de Hillary Clinton hacia la Casa Blanca no diera los frutos deseados, sus dictados sobre lo que es (o debería ser) tendencia de moda sientan cátedra. Y bajo su estela -y la de la fundación CFDA Vogue- muchos diseñadores se han hecho grandes, como es el caso de Proenza Schouler. O de un tal Marc Jacobs. Y lo mismo podría decirse de muchas modelos y de los grandes fotógrafos de moda, porque ha trabajado con todos, desde Anne Leibovitz o Steven Meisel a Mario Testino y Bruce Weber, ahora caídos en desgracia.

Anna Wintour se hizo cargo de Vogue en el 1988 y una de sus primeras decisiones fue llevar a la portada de septiembre a una jovenzuela llamada Naomi Campbell. «En aquella época teníamos que enseñar la revista a la dirección y cuando lo hice se hizo un silencio total porque no podían creer que hubiese puesto a una modelo afroamericana en la portada del número más importante del año. Entonces se consideró algo muy arriesgado», explicó la mujer que inspiró la novela vela El demonio viste de Prada y la posterior película que interpretó con bastante retranca Meryl Streep.