Rodeado de secretismo y expectación, este viernes llega a nuestras pantallas 'Blade runner 2049', la secuela de la obra seminal de ciencia ficción que Ridley Scott nos presentara en 1982. Esta vez, en el puente de mandos está el canadiense Denis Villeneuve, director de 'Sicario' y 'La llegada'. Contando con la bendición de Ridley Scott (productor ejecutivo), y con Ryan Gosling, Harrison Ford y Ana de Armas en el reparto, Villeneuve nos transporta a la ciudad de Los Ángeles tres décadas después de que el detective Rick Deckard y la replicante Rachel desaparecieran del mapa.

¿Cómo reaccionó cuando supo que contaba con la aprobación de Ridley Scott para dirigir esta película? Fue una de las condiciones que puse cuando me ofrecieron dirigirla. Necesitaba saber de boca del propio Ridley que estaba contento con la idea de que yo tomase el testigo. La primera vez que hablamos, Ridley fue muy generoso y directo conmigo. Tuvimos una conversación muy larga en la que básicamente hablamos más de su película que de esta. Me explicó sus puntos de referencia y lo que supuso la génesis y el ADN de la primera película y luego me dijo: "Ahora es toda tuya. Es tu responsabilidad, si me necesitas llámame, pero a partir de ahora tienes libertad de acción".

Para muchos 'Blade runner' es cine negro. ¿Buscó referencias cinematográficas en ese género para capturar esa estética? Cuando hago una película trato de evitar cualquier referencia cinematográfica. A veces me he inspirado en algún pintor o algún fotógrafo. Por primera vez en mi carrera de director he hecho una película que estaba relacionada directamente con otra importantísima. 'Blade runner' ha sido mi fuente de inspiración. Se que Michael Green, el guionista, se inspiró en el cine y en la novela negra para escribir la historia, pero yo tenía que encontrar mi propia visión.

¿Hasta qué punto se involucró en los extraordinarios e innovadores efectos especiales que vemos en ella? Cuando uno empieza a gestar la película, lo primero que tiene en mente son las imágenes, y es responsabilidad tuya que se lleven a cabo como tú los has concebido. Por eso trabajo muy de cerca con el director de efectos especiales, necesito un experto que sepa llevar mi visión a la pantalla. Es cierto que hay muchas cosas en la película que nunca antes se habían hecho. Los efectos especiales de la primera película los hizo Douglas Trumbull y sin duda siguen siendo de los más espectaculares que hemos visto en el cine. Por eso el departamento de efectos especiales se rompió la cabeza para hacer cosas que honraran el legado de la primera película.

Las dos películas, la original y la suya, hablan sobre la conexión entre replicantes y humanos, entre humanos y Dios. Para mí, la primera película fue como un poema sobre nuestra ira hacia Dios, hacia el creador. ¿Por qué estamos aquí? ¿Por que tenemos luchar tanto en esta vida sin tener la menor idea de para qué sirve todo esto? Es la historia de Frankenstein, que ya estaba presente en la primera película y sigue estándolo en esta.

También existe una cuestión racial y cultural de fondo, un comentario social, los replicantes son vistos como seres inferiores ¿ Tuvo esto en consideración? Desde luego. Lo que me gustó del guión es que tiene muchas lecturas. Una de ellas es la de la segregación en la que vive esta sociedad, habla de castas, de esclavos, de la noción de ciudadanía. Ese es uno de lo temas más importantes del filme.

¿Cree que estamos cerca de esos avances científicos y tecnológicos de los que se habla en la película? Los guionistas hicieron muy bien los deberes a la hora de investigar cosas que puedan ser factibles en 30 años. Una vez que acabaron el guión, nos reunimos con científicos de distintos campos, como el cibernético y climático, para explicarles nuestras ideas y averiguar si estábamos encaminados en la dirección correcta. No atrevería a decir que esta película sea profética, sino que más bien supone una llamada de advertencia.

¿Hay algo de nuestra tecnología o de nuestros avances científicos que desearía no existiera en el 2049? Sí, de hecho en la película no los verá por ningún lado. No existe internet. La razón es que unos años después de la primera película ocurrió un PEM (una explosión con pulso electromagnético) que inutilizó todos los sistemas electrónicos del país y borró todos los datos. Lo cual me permitió filmar a los personajes sin que estén mirando continuamente a su iPhone (ríe) o sentados frente a un ordenador. Eso dio a la historia un sentido de comunidad, la gente camina por la calle mirándose a la cara, no a un teléfono, e interactuando. El detective de esta historia busca respuestas de forma directa, indagando en lugares, hablando con la gente y no buscándolas en Google.

Es de sobra conocido el debate que han sostenido durante todos estos años Ridley Scott y Harrison Ford sobre si Deckard es humano o un replicante. ¿Usted qué opina? Yo estoy entre media de los dos (ríe). La respuesta la encuentro en el libro de Philip K. Dick en el que se basó la primera película, '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?'. En él, los personajes se cuestionan a si mismos. Existe una gran paranoia entre los 'blade runners' que tienen que controlar a replicantes (humanos sintéticos) que son muy difíciles de distinguir de los humanos. Empiezan a cuestionarse su propia identidad. En el libro de Dick esa auto paranoia está muy presente y esa es la clave de la cuestión. No me interesa la respuesta, me interesa la pregunta.