Pronunciarse políticamente a favor de causas progresistas en Estados Unidos cuando se forma parte de la comunidad de la música country, en la que gran parte de la audiencia es conservadora, es complicado. Que se lo pregunten a las Dixie Chicks, boicoteadas por los fans, amenazadas de muerte y abandonadas por el patrocinador de su gira cuando en el 2003 criticaron a George Bush por la guerra de Irak y que no han conseguido recuperarse plenamente desde entonces. Taylor Swift, no obstante, juega en su propia liga.

La estrella del pop, de 28 años, durante un concierto. / AP

Swift desarrolla desde hace más de una década bajo sus propias pautas una estratosférica carrera. Nunca ha cedido a las presiones mediáticas para hablar de los candidatos a los que apoyaba o de sus puntos de vista políticos. “No es lo que decidí hacer, decidí hacer música”, decía en el 2008, con 18 años, cuando editó ‘Fearless’, el disco que la llevaría a los cuatro primeros de sus 10 Grammys, “No creo saber suficiente de la vida para decir a la gente por quién votar”, argumentaba cuatro años después.

LA "DIOSA ARIA"

Como mucho se limitaba a colgar una foto en Instagram votando en las presidenciales del 2016 o a teclear en Twitter un mensaje de apoyo a las Marchas de las Mujeres que recibieron a Donald Trump en la Casa Blanca. Nunca respondió tajantemente a los neonazis y supremacistas blancos que la eligieron como su ídolo y llegaron a bautizarla como “diosa aria”. Y tampoco cuando fue objeto de críticas por hablar del 2017 como el “mejor año” cuando muchos en EEUU miraban con horror los primeros 12 meses de presidencia de Trump dejó que otros le dictaran el guion.

Ahora, a los 28 años, ha decidido escribir un nuevo capítulo. Cuando y como ha querido ha roto su silencio político. Y ante las trascendentales elecciones legislativas que EEUU celebra este martes, tras cerrar la gira estadounidense de su disco ‘Reputation’, la nativa de Pensilvania se ha mojado a favor de dos candidatos demócratas en su estado adoptivo, el sureño Tennessee, que Trump ganó por 26 puntos.

POR LOS DERECHOS LGBTI, CONTRA EL RACISMO

En un post el 7 de octubre alzó la voz en “la lucha por derechos LGTBI”, contra “cualquier forma de discriminación basada en orientación sexual o de género” y denunció el “prevalente, enfermo y aterrador racismo sistémico hacia la gente de color” que perdura en EEUU. Dijo que el historial de voto en el Congreso de la candidata republicana al Senado Marsha Blackburn contra el salario igualitario o las protecciones para mujeres víctimas de violencia doméstica le “horroriza y aterra”. Llamó a los jóvenes a registrarse y votar.

Desde entonces ha seguido usando la red para publicitar en 'stories' fotos de fans que ya lo han hecho o para posar junto a su madre tras usar personalmente el voto adelantado a favor del septuagenario candidato demócrata al Senado Phil Bredesen, una imagen a la que acompañó del mensaje: “Queremos liderazgo, no extremismo basado en el miedo”.

TRUMP CRITICA, LOS JÓVENES ESCUCHAN

Que poco más de dos millones de seguidores de los 122 que tiene en Instagram le dieran al botón de 'me gusta' cuando colgó el primer mensaje político de octubre apunta a que parte de sus fans preferirían que Swift siguiera callada. Quizá piensen lo mismo que Trump, que reaccionó diciendo que la música de Swift le gustaba ahora “un 25% menos”. Para otros muchos, sin embargo, el mensaje ha sido útil.

En el sitio Vote.org recibieron en las 24 horas siguientes al primer mensaje 155.000 visitas y 65.000 personas se registraron. Dos días después las consultas se elevaban hasta 400.000 y casi el 42% de quienes se registraban tenían entre 18 y 24 años. “Nunca hemos visto un periodo como este”, decían en éxtasis desde una organización que sabe de la importancia de movilizar al voto joven. Swift está ahora de gira en Australia pero el martes en Tennessee, y en todo EEUU, puede que se oiga el eco de su voz, de este do de pecho político.