Los diseñadores italiano Domenico Dolce y Stefano Gabbana, que fueron acusado de un fraude fiscal de unos 200 millones de euros, han sido condenados este miércoles por el tribunal de apelación de Milán a 18 meses de prisión, según los medios italianos. La condena original de 20 meses ha sido reducida en dos debido a que una parte de los delitos que se les imputaban han prescritos. De ahí que ya no se les pueda imputar el delito de evasión de 800 millones, relacionados con la compraventa de marcas, lo que suponía que el monto total del fraude ascendía a 1.000 millones.

Massimo Dinola, abogado de los diseñadores, se ha mostrado estupefacto por la sentencia y asegura que la recurrirán. En el 2010, un diario económico italiano reveló que Dolce y Gabbana habían evadido unos 840 millones, en connivencia con otras cuatro personas. Las acciones se habían desarrollado entre el 2004 y el 2005 cuando los dos diseñadores crearon una sociedad pantalla en Luxemburgo, creada con el objetivo de eludir al fisco. En relación a este caso ya se le había impuesto una multa de 346 euros.

Las empresas de moda, que han funcionado relativamente bien durante la crisis, ha sido particularmente investigadas por las autoridades fiscales italianas que han intensificado su escrutinio en los últimos años. Así recientemente, empresas como Giorgio Armani o Prada han pagado voluntariamente grandes sumas de impuestos atrasados.