La ciudad eslovena de Sevnica, donde la primera dama estadounidense Melania Trump pasó su infancia, ha querido rendir homenaje a su ilustre hija y le ha erigido una estatua, que se supone que es ella, en mitad de un idílico y bello paraje.

Pero la realidad es que se necesita mucha imaginación para reconocer en la talla de madera a la exrmodelo Melania Trump. El artífice de esta nueva tropelía artística, al que hay que reconocerle el mérito de que ha tallado la obra con una motosierra, es Ales Zupevc, que se ha inspirado en la primera dama estadounidense con el brazo levantado, como si estuviera saludando.

La figura, que carece de rasgos faciales definidos, está vestida con el vestido azul pastel -color 'babyblue-', un vestido con capa que guarda ciertas reminiscencias con el glamur de Jackie Kennedy, que es el que Melania eligió para ponerse en la toma de posesión de su marido Donal, en enero del 2017.

Tras su inauguración, este viernes, la estatuda, de tamaño natural, ha sido ampliamente criticada en las redes sociales, llegando a ser comparada con "un espantapájaro de aves".

"ABSOLUTAMENTE HERMOSO"

El artista estadounidense Brad Downey, que ha sido el que ha encargado la obra, reconoce que puede llegar a "entender que la gente piense que no se corresponde con la física de la Melania real", pero él cree que el resultado es "absolutamente hermoso".

Zupevc, el criticado autor de la escultura, nacido el mismo año y en el mismo hospital que Melania, asegura que quería, a través de esta estatua y una serie de otras actuaciones, explorar las raíces de la primera dama, de 49 años, una personalidad regularmente descrita como enigmática.

UNA EXITOSA "PARODIA"

Los detractores de la estatua comentan con humor que parece una "parodia". Es el caso de Nika, una estudiante de arquitectura de 24 años: "Si se supone que este monumento es una parodia, tiene éxito!".

Sin embargo, también hay a quienes le gusta y le parece "una muy buena idea" este homenaje, porque "Melania es una heroina eslovena que conquistó la cumbre de los Estados Unidos", argumenta Katarina, una sexagenaria de una localidad vecina.