El look de la actriz egipcia Rania Yussef en la alfombra roja del Festival de Cine de El Cairo sigue generando ríos de tinta. Su vestido de transparencias, que dejaba ver sus piernas, terminó en los tribunales y ha llevado a la Unión de Actores de Egipto a anunciar un severo código de vestuario femenino para acudir a actos culturales.

"Tras esta crisis, vamos a fijar unos criterios obligatorios para las actrices que participen en los festivales", ha afirmado Omar Abdelaziz, presidente de la Unión de Actores. En declaraciones a la prensa local, este director de cine sostiene que la medida es solo "parte del enfoque que busca abordar los errores cometidos dentro de la unión". La institución promete, además, investigar y castigar a aquellos miembros que no respeten "las tradiciones, valores y ética de la sociedad".

A pesar de las duras críticas a Yussef por su vestuario en la ceremonia de clausura del festival de la capital, Abdelaziz censura la decisión de un grupo de abogados que inicialmente denunciaron a la actriz ante la Fiscalía acusándola de "obscenidad" y "incitación al libertinaje",cargos que podrían haber acarreado hasta cinco años de cárcel. "Las cosas no deberían llegar al extremo de que los actores sean llevados ante un tribunal y encarcelados por un simple vestido".

Por su parte, Yussef se ha visto obligada a hacer público su arrepentimiento: "Me gustaría pedir perdón como actriz que mantiene una buena reputación entre sus seguidores", ha admitido en su cuenta de Twitter. "Espero que todo el mundo entienda mis buenas intenciones. No deseaba enfadar a nadie", ha añadido tras sugerir que "las opiniones de los diseñadores y los expertos en moda" y el carácter internacional del acto habían influido en su elección de vestuario.