Se hace llamar, sin asomo de modestia, «el mejor artista vivo», una demostración de su gran confianza en sí mismo, algo necesario en un mundo tan competitivo como el del arte. Su nombre es Rinat Shingareev y es un pintor que ya se ha hecho un hueco en el mundillo con retratos clásicos al óleo de estilo pop de las figuras actuales más aclamadas, desde Barack Obama a Vladímir Putin, pasando por Madonna o Jay-Z. El pop-art siempre ha reproducido figuras referentes u objetos culturales importantes del momento, desde que Andy Warhol coloreara la cara de Marilyn Monroe en 1967. De la misma manera, Shingareev trata de acogerse a los iconos de moda para transmitir su mensaje.

Las emociones humanas en caras conocidas son su fuerte, pues es capaz de representar al expresidente de EEUU George W. Bush con un conejo de peluche, cuando la historia precisamente no le recordará por su benevolencia. Afincado en Italia desde que terminara sus estudios de Bellas Artes en Rusia, su país natal, el artista busca desmitificar la imagen pública de los máximos referentes actuales. «Quiero mostrar que todos somos humanos y amamos y odiamos, incluso aquellos que están en la cima», comenta.

AVANZAR Y CREER /No es, dice, un tipo conformista y quiere superarse día a día a base de marcarse nuevas metas. «Cada nuevo objetivo es un reto que me ayuda a desarrollarme técnicamente y que también me ayuda a tener nuevas experiencias. Me da la oportunidad de crecer y seguir adelante. Si sigues en el mismo sitio, serás sobrepasado y olvidado», explica. Afirma que tiene como gran objetivo crear la «obra maestra» de su tiempo. «Esa es mi inspiración. Estoy muy a gusto con esta idea y no tengo ninguna presión al respecto», afirma. Rinat trabaja en su taller unas cinco horas diarias para realizar los encargos de sus clientes -tres de cada cuatro cuadros son obras para exposiciones- y sus ideas y proyectos. El pintor ruso es hijo de una generación más individualista, pero también crítica y exigente, amante de las redes sociales y que se fija en los triunfadores. «Utilizo personajes que han contribuido a la historia y han llegado a lo más alto en sus campos, y que han inspirado a la gente con sus historias», sentencia.

El artista respeta a aquellas figuras a las que representa. Según él, en un mundo como este no se llega arriba si no se es capaz de convencer a los demás.