Gina Lollobrigida vive desde hace cuatro años una batalla legal que le enfrenta a su hijo Milko Skofic y a su nieto Dimitri. Ambos han intentado incapacitarla en diferentes ocasiones para ocuparse de la administración de su patrimonio, valorado en 36 millones. Después de que la justicia rechazara su planteamiento, denunciaron a su asistente, Andrea Piazzolla, de 30 años, a quien acusan de enriquecerse a costa de su fortuna. Tras una serie de informes psicológicos que cuestionan el estado mental de la actriz, así como la incursión del exmarido de la intérprete, el español Javier Rigau, que se sumó a las últimas acusaciones de la familia, el acuerdo está más lejos. Según algunos medios, el juez ha decretado el embargo preventivo de los bienes que están a nombre de Piazzolla y que él mismo administra a través de dos sociedades. Se le acusa de haber convencido a la diva a través de engaños para que lo nombrara gestor de esas compañías. «Estoy muy lúcida y hago con mi dinero lo que quiero», ha manifestado Lollobrigida en el Corriere della Sera.