Los duques de Sussex, el príncipe Enrique y su esposa Meghan Markle, hicieron su primera aparición pública en Miami Beach desde que anunciaron su ruptura con la Realeza Británica en enero pasado, reveló este viernes la prensa estadounidense.

La pareja participó la noche del jueves en una gala de la reunión anual de la Cumbre de Inversiones Alternativas, conocida como AIS (Alternative Investment Summit) de la organización financiera JP Morgan.

Durante el acto, celebrado en el exclusivo 1 Hotel de la ciudad estadounidense, Enrique pronunció un discurso sobre salud mental, tema del que ha hablado en ocasiones anteriores.

Uno de los presentes, que declinó ser identificado, informó al diario The New York Post que el hijo del príncipe Carlos "también habló sobre el Megxit", como se ha apodado en el Reino Unido la decisión de la pareja de retirarse de las funciones oficiales de la Casa Real británica.

"Explicó que, aunque ha sido muy difícil para él y Meghan, no se arrepiente de la decisión (...) porque quiere proteger a su familia. No quiere que Meghan y su hijo Archie sufran las experiencias que le marcaron en su infancia", indicó la fuente.

El diario agregó que la pareja se trasladó desde la ciudad canadiense de Vancouver, donde se prevé que establezcan su residencia, hasta el sur del estado de Florida en un avión privado, pero que habían pasado la noche en la casa de la tenista Serena Williams, situada a hora y media al norte de Miami en Palm Beach.

Hasta ahora no han trascendido fotos de la ocasión, ni se les ha visto en alguna de las dos ciudades estadounidenses.

Tampoco se ha conocido si viajaron con Archie, su hijo de ocho meses, o si esta aparición en público será el inicio de una serie de conferencias por parte de la pareja, que es una forma en la que muchas celebridades obtienen altos ingresos.

Los duques de Sussex sacudieron la tranquilidad de la familia real británica a principios de enero cuando anunciaron que abandonarían sus funciones oficiales y se trasladarían a vivir por temporadas a Canadá.

Como parte de ese acuerdo, el príncipe y su esposa están autorizados a recibir compensación monetaria, si bien perdieron su tratamiento como altezas reales.