Los terrenos de Liberty Island, el hogar de la Estatua de la Libertad, han acogido este miércoles por la noche una fiesta en honor a la dama de hierro y su nuevo museo, amenizado por la música de los cantantes Gloria Estefan y Tony Bennet, con la presentadora Oprah Winfrey como invitada de lujo.

Solo un día antes de su apertura al público que visite la isla, decenas de famosos y caras reconocidas del espectáculo, la política y la farándula neoyorquina tomaron el ferry en dirección a la mole de bronce para honrarla como símbolo no solo de libertad, sino de igualdad y respeto a los derechos humanos.

Esa era la idea principal para la protagonista de la noche, Oprah, que fue la última en llegar y lo hizo en un inmaculado vestido blanco para la que era su primera visita al monumento que durante tantos años dio la bienvenida a los inmigrantes que llegaban a Estados Unidos.

BRAZOS ABIERTOS

"Es importante porque establece brazos abiertos y no fronteras cerradas. Es importante porque establece un ideal de lo que es América, y ese ideal es libertad para todo el mundo", declaró ante los medios la también actriz, antes de dirigirse a Liberty Island a dar el discurso inaugural y recoger el premio Estatua de la Libertad-Isla de Ellis.

Este premio, forjado con materiales originales de ambos monumentos, reconoce la labor de Winfrey a favor de la experiencia americana y los esfuerzos globales en defensa de los derechos humanos y las libertades.

Antes que ella, por el camino hacia los ferrys que cruzan el río Hudson hacia Liberty Island pasaron también celebridades como el actor Johnny Galecki (Big Bang Theory), la empresaria Nicky Hilton (hermana de Paris Hilton) o el dueño de Amazon, Jeff Bezos, aunque su aparición por la improvisada alfombra roja fue fugaz con solo unos saludos a los cámaras.

La gala, con más de 500 invitados, pretendía honrar la apertura del nuevo museo de la Estatua, que incluye como pieza principal la antorcha original retirada en 1986, justo por su centenario, debido a las malas condiciones en que se encontraba.

El evento también contó con la presencia de la exsecretaria de Estado y excandidata presidencial por el Partido Demócrata, Hillary Clinton, que prefirió no pasar por delante de las cámaras y acudir directamente al barco que la llevó a la isla.

Allí se encontró con el republicano reconvertido en demócrata Michael Bloomberg, el millonario exalcalde de la ciudad que también donó fondos para la construcción del museo. Como tal, su nombre aparece reconocido con una estrella nada más entrar.

"La de esta noche es una de esas ocasiones que asegura para siempre que la historia, significado e importancia de la Estatua de la Libertad sea transferida a todas las generaciones que nos sigan", afirmó el presidente y consejero delegado de la fundación de ambos monumentos y que gestiona sus respectivos museos, Stephen Briganti.

EL PODER DE LA ESTATUA

En ello coincidió la diseñadora Diane von Furstenberg, presidenta de la campaña de recaudación de fondos para la construcción del museo: "He descubierto que ella (la Estatua) tiene un poder verdadero para hacer que las cosas ocurran. Tiene una antorcha mágica y ha sido un viaje excitante descubrir su historia y compartirla con otros".

Al acto acudió también un personaje famoso no por poner la Estatua en el mapa, sino por hacerla desaparecer: el ilusionista David Copperfield, que recordó la oportunidad que tuvo de vivir en los terrenos de la Estatua "después de mucho rogarlo" y de hacer que se desvaneciera ante la vista de todo el mundo en 1983, aunque esa no era su intención esta noche.