"¿Y se presenta algún reloj?", preguntaba un invitado que acudió, puntual y bien acompañado, a una nueva fiesta a lo 'dolce vita' que patrocinó Bvlgari en la terracita supermona que la joyería Rabat del Passeig de Gràcia tiene pegadita a La Pedrera.

Los relojes estaban en el piso inferior. Arriba, en la tarde noche del jueves, lo que hubo fue una fiesta como de final de verano, con mucha gente bronceada con ganas de juerga. Acompañaba el entorno, bellamente iluminado, la música, con la estilista y DJ Natalia Ferviú al mando, pero sobre todo esos éxitos a lo Renato Carosone del grupo italiano Fabrizio. Copas Martini con los combinados de Manel Vehí y Moet Chandon para más de 200 invitados, entre los que estaba el diseñador barcelonés Juan Avellaneda, con una americana estampada de las suyas, y el 'exconseller' Santi Vila, luciendo también bronceado y anillo de casado.

Un par de guapos oficiales posaron sobre el fondo dorado con Rosa Mairal, esposa de Esteve Rabal, el director general de Bvlgari en España, Portugal y Andorra, Boris Barboni y la arquitecta Eva Palao, esposa de Jordi Rabat.

Hablamos de los modelos Xavi Serrano (de L'Hospitalet y chico Dolce&Gabbana) y el cubano Juan Betancourt, que contó que se va unos meses a Nueva York a trabajar, que quizá aterrice de nuevo por Barcelona para el 080 si otros compromisos no se lo impiden y que de novia, acabada su relación con la modelo Rocío Crusset, "nada de nada". También explicó que no ve mucha tele y que no está siguiendo esta edición de 'Masterchef Celebrity', pero que algo aprendió de aquella experiencia, aunque por su delgadez nadie lo diría. La fiesta era a la italiana, pero algunas conversaciones de señores con chaqueta cogidas al vuelo versaban sobre un francés, perdón, barcelonés: Manuel Valls. "Y este qué, ¿lo veis como alcalde?".