Alessandro Michelle no deja indiferente a nadie. Cada puesta en escena del director creativo de Gucci es única. Y se le ama o se le detesta. Es lo que ha ocurrido en su presentación en la Semana de la Moda de Milán, donde ha convertido la pasarela en un quirófano pintado de verde, con dos camillas y las luces. Y con una salida de modelos de auténtica «pesadilla». Algunas chicas y chicos -los desfiles de Gucci son mixtos- portaban del brazo una réplica de sus cabezas, en lo que algunos han querido ver una referencia a la exitosa serie televisiva Juego de tronos, concretamente a las cabezas de los hombres sin rostro o a la cabeza de Ned Stack del final de la primera temporada. También algunos modelos portaban camaleones y bebés dragones, otra referencia a Daeneruys, la madre de dragones. Y alguna modelo ha desfilado con un tercer ojo en la frente. Los estampados, el terciopelo rojo, las americanas con cuadro de gales han quedado relegados por esas prótesis, realizadas con impresora 3D en una empresa de efectos especiales.