A pocos días de celebrarse la gala del Met, se recrudece el enfrentamiento entre la primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, y la primera dama de Vogue, Anna Wintour. La animadversión viene de lejos, pero subió de tono hace unos días cuando, en una entrevista en la cadena CNN, Anna Wintour hizo unas afirmaciones que escocieron en un ala de la Casa Blanca. Preguntada sobre quién tiene la última palabra sobre la elección de las portadas del Vogue USA, Wintour, de 69 años y al mando de la publicación desde 1988, respondió: «Creo que es muy importante defender lo que crees y tener un punto de vista. Nosotros escogemos para la portada perfiles de mujeres en las que creemos. Tras la derrota de la secretaria Clinton en las elecciones del 2016, creímos que las mujeres deben de tener una posición de liderazgo y tenemos intención de apoyarlas. No creo que este sea un momento en el que debamos permanecer al margen y no posicionarnos».

La todopoderosa Wintour es una declarada demócrata y, como gran parte del star system de Hollywood, apoyó a Hillary Clinton en su campaña a la presidencia de Estados Unidos hace dos años. «En Vogue siempre tuvimos la tradición de fotografiar a las primeras damas cuando llegaron por primera vez al cargo, a esas mujeres extraordinarias y maravillosas, y fue un honor fotografiarlas», aseguró Wintour a la CNN. Hillary Clinton fue portada en 1998. Y también Michelle Obama, «un ejemplo de inspiración para muchas mujeres». Sin mencionarla, la editora británica lanzaba un zasca contra Melania Trump, que no ha tenido su portada presidencial.

Hay que recordar en este punto que Stormy Daniels, la actriz porno estadounidense por cuyo silencio supuestamente pagó el abogado de Donald Trump 130.000 dólares sí fue portada de Vogue en octubre pasado. Fotografiada por Annie Leibovitz, Daniels, de 39 años, daba en aquella entrevista nuevos detalles sobre su breve affair con Trump, poniendo el énfasis precisamente en su brevedad. «¿Qué se puede contar realmente sobre dos minutos?», aseguraba con ironía.

Ante las declaraciones de Wintour, la reacción de Melania Trump no se ha hecho esperar, por boca de su portavoz, Stephanie Grisham: «Estar en la portada de Vogue no define a la señora Trump. Además, ella ya fue portada de esta revista mucho antes de ser primera dama. Su papel como tal y todo lo que hace es mucho más importante que una sesión de fotos y una portada». Y añadía de su cosecha: «Esto demuestra aún más lo sesgada que es la industria de las revistas de moda y muestra lo insegura y despreocupada que es Anna Wintour. Desafortunadamente, la señora Trump está acostumbrada ya a este tipo de comportamientos». Melania se toma en serio lo que dicen de ella. Incluso ganó una batalla judicial contra el diario británico Daily Mail por publicar que trabajó como «mujer de compañía» en los años 90.

Y sí, Melania ya posó rutilante para la portada de Vogue, pero eso fue en el año 2005. La entonces modelo acababa de casarse con el magnate americano que hoy preside el despacho oval.