Para mucha gente también ha caído en desgracia otro mito del cine de Hollywodd. El actor estadounidense Dustin Hoffman, que tiene en la actualidad 80 años, también ha sido acusado de acoso sexual apenas unas horas después de que una escritora le señalara por un episodio similar ocurrido hace años, cuando era una joven becaria.

Según informó Variety, la segunda mujer que denuncia al protagonista de El graduado por acoso sexual se llama Wendy Riss Gatsiounis, quien desveló un incidente que supuestamente involucra al intérprete y que sucedió el año 1991, cuando ella era una joven autora de teatro. El actor, por medio de su portavoz, declaró no recordar este encuentro con Riss Gatsiounis y las acciones y comportamientos descritos por ella.

De acuerdo con su relato, Riss Gatsiounis mantuvo unas reuniones con Hoffman y con Murray Schisgal, uno de los guionistas de la película Tootsie (1982), acerca de una posible adaptación al cine de su obra A darker purpose. En el segundo de esos encuentros, la escritora dijo que el actor llegó con una actitud muy diferente a la de la primera reunión. «Antes de que comiences, déjame preguntarte una cosa, Wendy: ¿Alguna vez has tenido relaciones íntimas con un hombre de más de 40 años?», le preguntó el actor. «Nunca lo olvidaré. Retrocedío, abrió sus brazos y dijo: ‘Sería un nuevo y completo cuerpo que explorar’», recordó. Posteriormente, el actor le dijo que tenía que hacer unas compras de ropa en un hotel cercano y le invitó a ir con él.

Tras las repetidas negativas por parte de Riss Gatsiounis, Hoffman abandonó la reunión, y Schisgal le dijo a la autora que no estaban interesados en la adaptación de su obra.

Esta acusación se produjo solo unas horas después de que se conociera que Hoffman había acosado a una becaria de 17 años en el 1985: la escritora Anna Graham Hunter. La mujer, que tiene ahora 49 años, asegura ahora que el actor la manoseó durante el rodaje del telefilme Muerte de un viajante y habló de temas sexuales de forma inapropiada con ella. «Actuaba de forma insinuante. Me agarró del trasero y me hablaba de sexo. Una mañana fui a su camerino para anotar lo que quería de desayuno. Me miró, sonrió y dijo. «Tomaré un huevo duro y un clítoris pasado por agua».