Poco se puede mejorar en el rock español cuando ya lleva 74 años por el mundo un artista como Miguel Ríos. Lo saben el centenar de asistentes, el viernes por la noche, al acto de entrega del Premio al Andaluz del Año, que con una caña en mano y algún que otro aperitivo, conversan en una sala de espera habilitada por el Hotel Catalonia Plaza de Barcelona. Se repiten los «¡cuánto tiempo!», los besos y los abrazos. Un bucle de sonrisas y saludos que solo termina cuando, por fin, se permite el acceso al gran comedor en el cual se servirá la cena.

Mientras los invitados toman asiento, los VIP acceden con disimulo a la sala anterior, ahora vacía. Entonces, llega la entrada triunfal del artista homenajeado, el gran Miguel Ríos, arropado por cámaras y aplausos.

El presentador recuerda a los anteriores ganadores del premio, acto seguido entran en escena las cinco componentes del grupo Jaras, que inundan la sala con su folclórica danza. Y de repente… ¡Sorpresa! Llega el invitado que faltaba: Joan Manuel Serrat. Su aparición en mitad de la performance de las Jaras desvía miradas y provoca aplausos.

Tras el show y la cena, aparecen los cantantes Joaquín Sáez y Abraham Ruiz, que interpretan los clásicos Santa Lucía de Miguel Ríos y ¿Quién me presta una escalera?, de Serrat. Ambos artistas se animan a cantar cuando les acercan el micrófono a la mesa. El enjambre de fotógrafos que se forma alrededor de la escena presencia como los políticos también se suman al canto.

RECONOCIMIENTO / «Sin Miguel Ríos es imposible entender nuestro rock», sentencia el acta del jurado, en la que se hace un repaso del éxito personal y artístico del granadino. Serrat, amigo de Ríos desde hace décadas, es uno de los encargados de formalizar la entrega del premio con una placa conmemorativa y una insignia. «Yo tengo la suerte de tener un pecho muy amplio en el que caben muchas medallas», bromeó en su discurso de agradecimiento el rockero, que la semana que viene cumple 75 años. Confesó que siempre ha cantado para ganarse el afecto de los demás, algo que, tal y como le confirma su público, ha conseguido.

Con todas las verdades dichas y todos los aplausos realizados, el acto organizado por la Casa de Andalucía de Barcelona llegó a su fin con una larga sesión de fotos con el homenajeado.